Las inundaciones y deslizamientos de tierra causados por las lluvias del último fin de semana en la capital de Sierra Leona, con su saldo de muerte y destrucción, concentraron por primera vez la atención oficial en los miles de personas que viven en viviendas precarias.
Ante la avalancha de agua y piedra que se precipitó de las colinas del Mount Aureol y aplastó las casuchas del East End, las autoridades recordaron la existencia de este sector, al este de Freetown, que es también el más pobre de la capital.
El desastre ocurrido el sábado y el domingo causó la muerte de 10 personas, mientras otras 30 debieron ser hospitalizadas. Las pérdidas materiales llegaron a cientos de miles de dólares, y algunas zonas quedaron bajo el agua, en alturas de hasta 1,3 metros.
Algunos miembros del gobierno visitaron el East End para inspeccionar los daños y prometieron que tomarán medidas. No obstante, sus declaraciones han sido extremadamente vagas.
El viceministro de Reconstrucción Nacional, Reasentamiento y Rehabilitación, Kanja Sesay, dijo tras visitar la zona del desastre que el gobierno "está preparando planes para aliviar las penurias de los damnificados y, en particular, para prevenir la repetición de los daños".
El ministro de Información, George Banda-Thomas, fue aun menos concreto. Se refirió al plan gubernamental para "hacer una estudio cuidadoso", y agregó que "haremos todo lo que esté a nuestro alcance para aliviar el sufrimiento de los que han perdido sus hogares".
Al diagnosticar las causas del desastre, en cambio, no dudó en decir que éste se debió, en gran parte, a que las anteriores administraciones descuidaron hacer un correcto plan urbano.
Fundada a fines del siglo XVIII, Freetown tiene calles estrechas y un drenaje insuficiente.
El centro de la ciudad tiene varios edificios coloniales muy pintorescos y un barrio residencial de alto nivel está situado en el sector occidental de la ciudad, mientras existe también un pequeño proyecto de viviendas de bajo costo para funcionarios, y algunas casas para familias de ingresos medios.
Es en el East End donde la gente migrante de las áreas rurales se ha afincado durante años, en busca de mejor fortuna en la ciudad.
Desde que estalló la guerra civil en 1991, se han agregado otros muchos, forzados por la violencia a abandonar las aldeas y ciudades del interior del país.
Desde 1991, la población de Freetown ha aumentado de 400.000 a cerca de dos millones de personas. (FIN/IPS/tra-en/lg/kb/arl/en/96