Las organizaciones conservacionistas no ocultan su satisfacción por la noticia de que los gorilas están reproduciéndose activamente en las montañas de Ruanda, pese a haber sufrido un ataque de cazadores furtivos en 1995.
Los expertos se sintieron conmovidos al comprobar que en los últimos tres meses han ocurrido siete nacimientos, lo cual puede no parecer un gran número, pero es significativo cuando se producen en medio de una población muy disminuida.
"El nacimiento de gorilas de montaña es una señal de esperanza para la estabilidad y la recuperación de una de las especies animales más afectadas de Africa", comentó Annette Lanjouw, del Programa Internacional de Conservación de Gorilas (IGCP).
Los funcionarios del IGCP -que es financiado por la Fundación Africana de Vida Silvestre, Fauna y Flora Internacional y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF)- informaron la semana pasada que los siete pequeños gorilas nacieron en el Parque Nacional Vulcano (PNV) de Ruanda.
El PNV es parte de una zona de reserva natural que incluye al Parque Nacional Virunga de Zaire y al Parque Nacional de Gorilas Mgahinga de Uganda.
"Resulta muy alentador registrar tan alto número de nacimientos, dados los negativos incidentes que tuvieron lugar el años pasado en esta zona", dijo Lanjouw, coordinadora regional del IGCP.
La organización informó que el año pasado fueron muertos ocho gorilas de montaña, a manos de cazadores furtivos que utilizaron lanzas y armas de fuego, después de un período de 10 años en que no se había cazado ningún ejemplar.
Los últimos gorilas de montaña que sobreviven en todo el mundo están concentrados en tres países vecinos: Ruanda, Zaire y Uganda.
Los siete nacimientos se produjeron entre la población de unos 320 ejemplares que habita en las Montañas de Virunga, las cuales se extienden por los tres países. Otros 300 animales viven 25 kilómetros al norte, en el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi, al soroeste de Uganda.
El gobierno de Ruanda destinó en 1968 más de la tercera parte de la superficie del PNV a la producción agrícola, debido a los crecientes problemas económicos. Ello motivó la creación de un proyecto para el gorila de montaña en 1979.
El IGCP, lanzado en 1991, es un sucesor ampliado de aquel proyecto. Hasta el momento, se ha dedicado a evaluar el estado de conservación de los gorilas y los bosques de montaña en Ruanda, el este de Zaire y el oeste de Uganda, creando una red regional que une a los tres países e identifica necesidades y prioridades.
El control de la situación fue afectado por la guerra civil de 1994 en Ruanda, pero el daño fue paliado por los esfuerzos que realizó la Oficina Ruandesa de Turismo y Parques Nacionales (ORTPN).
La rama estadounidense del WWF otorgó este año su décimonoveno Premio J. Paul Getty de Conservación de la Naturaleza al personal de la ORTPN por su valor y dedicación a la conservación del PNV y la protección de los gorilas durante y después de la guerra.
Contado entre los más prestigiosos galardones que se conceden a quienes se destacan en la conservación de la vida silvestre y las tierras vírgenes, este premio fue creado en 1974 por el difunto J. Paul Getty.
Entre los laureados anteriores se encuentran los Comités de Protección de Bosques de Bengala Occidental y COMMUNIDEC, una organización dedicada a sistemas de investigación y desarrollo, con sede en Quito, Ecuador.
Las tareas de investigación en el PNV han sido recomenzadas y se encuentran ahora casi al mismo nivel que antes de la guerra. (FIN/IPS/tra-en/mn/kb/arl/en/96