/REPETICION/ EE.UU: Calzados deportivos Reebok provocan polémica universitaria

La mala reputación en materia de derechos laborales de las empresas de indumentaria deportiva causó un fuerte debate en la universidad estadounidense de Wisconsin, cuyos atletas se ataviarán con productos Reebok.

Elogiada por su patrocinio a campañas de derechos humanos pero también acusada por las condiciones de trabajo en las fábricas que contrata en Asia, Reebok debió eliminar del contrato con esa universidad una cláusula que prohibía a funcionarios, estudiantes y profesores criticar en público a la compañía.

Los 350 universitarios que solicitaron y lograron a través de una carta la revisión del contrato recordaron, con sorna, la placa que reproduce uno de los principios fundamentales del centro de estudios a la entrada de su edificio.

"Cualesquiera sean las limitaciones, la gran Universidad de Wisconsin deberá alentar siempre el libre examen de ideas, continuo y sin temor, único medio de encontrar la verdad", reza el mensaje, que data de 1894.

Ese ideal quedó casi reducido a una mera frase impresa en bronce cuando la universidad aprobó en forma provisoria un contrato por 7,9 millones de dólares por indumentaria y calzados deportivos con la gigantesca Reebok.

Una cláusula del proyecto de contrato habría impedido a los funcionarios de la universidad difundir opiniones contrarias a Reebok, sus productos o su agencia de publicidad, pero las protestas de estudiantes y profesores obligaron a la empresa a eliminar ese pasaje.

El contrato de cinco años establece que Reebok International Limited entregará indumentaria a los 22 equipos deportivos de la universidad que recibirá a cambio el derecho exclusivo de uso del nombre y los símbolos de la institución en sus productos.

"El contrato será vigente a partir del comienzo del año escolar 1996-1997. Todos los detalles están aprobados ahora", dijo James Hoyt, el profesor que preside la Junta Atlética de la Universidad de Wisconsin en Madison.

Aunque la cláusula cuestionada fue eliminada, otras objeciones subsisten. "El contrato entrará pronto en vigor, pero esta es una lucha que continúa", dijo el estudiante Todd Price, firmante de la carta.

El debate se hizo público cuando los 350 profesores, estudiantes y funcionarios reclamantes obligaron a las autoridades de la universidad a solicitar a Reebok la eliminación de la polémica disposición.

Los profesores Robert McChesney y Linda Gordon, autores de la carta, sostuvieron que el contrato daría por tierra con el derecho a la libre manifestación de ideas. Al mismo tiempo, cuestionaron la alianza con Reebok, pues la empresa ha sido criticada por las operaciones de sus filiales en Asia.

"No creemos nuestros atletas deban lucir ningún calzado confeccionado en condiciones laborales cercanas a la esclavitud en fábricas de Indonesia o China", dijo McChesney a IPS.

La organización caritativa Ayuda Cristiana, con sede en Londres, cuestionó el año pasado las condiciones de trabajo en fábricas asiáticas contratadas por cinco grandes compañías de indumentaria deportiva (Reebok, Nike, Hi-Tec, Puma y Adidas) para la confección de calzados.

Ayuda Cristiana sostuvo que, para maximizar sus beneficios, estas fábricas discriminaban a los sindicatos, obligaban a sus empleados a trabajar más del horario estipulado y en condiciones sanitarias y de seguridad deficientes.

El grupo denunció, además, que esas empresas despedían a sus trabajadores tras breves períodos en sus puestos para evitar aumentos salariales y de gastos laborales.

La fabricación de calzado es una tarea muy intensa. La mayoría de los empleados de esta industria son mujeres. Reebok cuenta con fábricas subcontratadas en Indonesia, China, Tailandia, Filipinas, Vietnam e India, según Ayuda Cristiana.

"Deberíamos tener cierto liderazgo moral en este asunto. Somos la Universidad de Wisconsin. Si no nos resistimos a aceptar esto, ¿quién lo hará?", se preguntó McChesney.

Paradójicamente, Reebok patrocina premios anuales sobre derechos humanos para activistas jóvenes desde 1988.

Además del respaldo directo a los equipos deportivos, Reebok aportará a la compañía unos 500.000 dólares al fondo de becas de la universidad y a sus instalaciones deportivas.

Funcionarios universitarios manifestaron que se incluyeron referencias específicas a la política de derechos humanos de la compañía en el nuevo contrato.

"Nuestra conclusión es que no existe en el mundo una empresa en este ramo más respetuosa de los derechos humanos que Reebok. No podríamos recorrer todo el planeta para controlar a las fábricas que contrata, pero esperamos que éstas se ciñan a los principios que establece la compañía", dijo Hoyt.

Mientras tanto, la Campaña por Comercio Libre de Wisconsin, un grupo de trabajadores con sede en Milwaukee, reclamó a la universidad una investigación independiente.

"Políticas comerciales adecuadas protegerían los derechos de los trabajadores, el ambiente y el proceso democrático tanto en Estados Unidos como en el extranjero", dijo Roger Bybee, coordinador de la Campaña.

"Continuamos creyendo que la universidad debería investigar en forma independiente lo que Reebok hace en el sudeste de Asia", agregó.

Los 41.000 estudiantes de la Universidad de Wisconsin volverán a las aulas en el otoño boreal, y entonces también comenzará el campeonato interuniversitario de fútbol (americano). El equipo de la institución, The Badgers, utilizará indumentaria de Reebok.

La Coalición por Inversión Socialmente Responsable, fundada el año pasado, recomendó que la universidad evite suscribir acuerdos con empresas acusadas de violaciones a los derechos humanos en el extranjero.

"Los contratos involucran asuntos fundamentales que definen a una universidad. No somos apenas un grupo de estudiantes malhumorados que estamos aquí para ocasionar problemas", sostuvo Price.

Las empresas siempre fueron importantes fuentes de ingreso para las universidades estadounidenses, tanto en el patrocinio de las investigaciones como de los equipos deportivos.

La sociedad entre compañías privadas y universidades se hizo más intenso a comienzos de la década del 80, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, adoptó medidas que provocaron el desfinanciamiento de las becas estudiantiles. (FIN/IPS/tra-en/bb/yjc/mj/ip hd lb/96

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