El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, firmó hoy una nueva legislación ampliando los incentivos a la producción audiovisual, con lo que busca consolidar el auge que registra el cine local desde 1994.
En el pasado hubiera sido inimaginable que Brasil produjera películas con un presupuesto total de 6.000 millones de dólares, como ocurre con "Tieta", recién concluida, y "Canudos", aún en rodaje.
Pero la mayoría de las producciones nacionales no alcanza a 1,5 millones de dólares.
La Ley del Audiovisual, vigente hace dos años, impulsó un renacimiento del cine brasileño, al abrir al mercado la posibilidad de hacer inversiones en la actividad, con la ventaja de reducir el impuesto de renta a pagar.
La "medida provisional", un decreto-ley válido por un mes, renovable hasta la aprobación parlamentaria, firmada este jueves por Cardoso, amplía los estímulos, aumentando de uno a tres por ciento lo que las empresas pueden deducir del impuesto debido y de tres a cinco por ciento en el caso de las personas físicas.
Además, se eleva de 1,5 a 3,9 millones de dólares el límite de captación por ese mecanismo que puede obtener cada proyecto, acompañando el aumento de los costos del cine. El productor, que antes tenía que aportar al menos 40 por ciento del presupuesto, vio reducida esa exigencia a 20 por ciento.
La Ley del Audiovisual "permitió la recuperación del cine brasileño", reconoció Carlos Diegues, director de "Tieta", una de las 33 películas ya favorecidas por la recaudación de un total de 42 millones de dólares en esos dos años.
Con la ampliación de los incentivos es evidente que las producciones se multiplicarán, confió el secretario de Desarrollo Audiovisual del Ministerio de Cultura, Moacir de Oliveira.
La inversión se hace a través de la compra de Certificados de Inversion Audiovisual, que se negocian en las bolsas y pagan dividendos segén las utilidades del filme.
El éxito comercial de "O Quatrillo", una de las primeras obras que se financió por ese mecanismo, provocó una euforia en el mercado y la proliferación de inversionistas.
Esa película se produjo con 1,6 millones de dólares y gastó otros 800.000 en divulgación, según su director, Fabio Barreto. Pero los ingresos ya obtenidos suman siete millones de dólares.
Como sigue exhibiéndose en Brasil y quedan por explotar el mercado exterior, la distribución en video y la televisión por cable y abierta, las ganancias serán mucho mayores.
No obstante, algunos cineastas brasileños consideraron insuficientes las medidas adoptadas, por favorecer sólo a los proyectos comercialmente atractivos y los productores bien acogidos en el mundo financiero.
Esta es la opinión de Neville de Almeida, director del mayor éxito comercial del cine brasileño, "A dama do lotacao" (La dama del autobús), que logró 10 millones de espectadores, 10 veces más que "O Quatrilho".
También piensan así cineastas independientes, que no se vinculan a las grandes productoras.
Hay que democratizar las inversiones, permitir que pequeñas empresas y personas puedan participar, a través de fondos cuyas cuotas sean vendidas en los bancos, sugirió de Almeida. (FIN/IPS/mo/ag/cr/96