El mariscal Antonio de Spínola, primer presidente investido por la Revolución de los Capitanes, que en abril de 1974 depuso el régimen de "O Estado Novo" fascista que imperó en Portugal entre 1926 y 1974, falleció esta madrugada en esta capital, víctima de una embolia pulmonar.
Nacido en 1910, el oficial de caballería y ex gobernador de Guinea Portuguesa (actual Bissau) entre 1969 y 1973, Antonio Sebastiao Ribeiro de Spínola fue el autor del libro "Portugal y el Futuro", una propuesta de autonomía gradual para las colonias lusas de Africa y Asia.
"Portugal y el Futuro" fue considerado en la época el detonante intelectual del golpe de Estado de los capitanes izquierdistas, que culminaría con la instauración de la democracia en 1974, poniendo fin a 48 años de autoritarismo y a 500 años del arcaico e insostenible imperio colonial lusitano.
En el libro, publicado en 1974, Spínola proponía la autonomía gradual de las entonces provincias luso-africanas de Angola, Cabo Verde, Guinea, Mozambique y Santo Tomé-Príncipe y a las luso- asiáticas de Timor Oriental y Macao, a fin de evitar independencias derivadas de la guerra.
Esa obra le causó la pérdida del cargo de vice comandante de las Fuerzas Armadas, junto a su superior directo, el también ex presidente luso (1974-1976), mariscal Francisco da Costa Gomes, ambos destituidos por el dictador Marcello Caetano, sucesor desde 1969 de Antonio de Oliveira Salazar.
Sin embargo, Spínola fue un oficial claramente conservador. En su biografía consta también su condición de voluntario de la "División Azul" española, en la que combatió codo a codo con las fuerzas alemanas en el frente ruso de Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial.
Tras la instauración de la democracia, su conservadurismo lo hizo entrar en rápido conflicto con los sectores militares izquierdistas y comunistas, encabezados respectivamente por el mayor Otelo Saraiva de Carvalho y el general Vasco Goncalves.
Spínola tampoco contaba con las simpatías del área socialista del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), dirigido por los mayores Ernesto de Melo Antunes y Vasco Lourenco, lo que forzó su dimisión a la presidencia en septiembre de 1974, cargo en el que fue reemplazado por Da Costa Gomes.
Entrevistado por una radio local este martes, Otelo de Carvalho recordó a Spínola como "un hombre de gran competencia militar", pero del que "tengo una imagen política negativa".
En abril de 1974, el MFA "escogió a Da Costa Gomes Presidente de la República, pero Spínola se autoproclamó con el apoyo de otros miembros de la Junta de Salvación Nacional que asumió la cara visible del poder democrático", recordó De Carvalho.
En marzo de 1975, Spínola encabezó un movimiento golpista de derecha, que terminó en fracaso. El intento golpista causó la radicalización de posiciones del MFA, que nombró primer ministro al general comunista Vasco Goncalves y apresuró las nacionalizaciones y la reforma agraria.
Al abortar el golpe, huyó en helicóptero a España, desde donde se trasladó a Brasil, y sólo pudo regresar a Portugal en 1976, tras la derrota a fines del año anterior de la izquierda militar del MFA.
Durante el llamado "período revolucionario" de 1975, dirigió desde Brasil el Movimiento Democrático de Liberación de Portugal (MDLP), una red terrorista que llevó a cabo varios atentados con bombas e incendios contra sedes del Partido Comunista.
Consultado por la prensa pocas horas después de la muerte de Spínola, el presidente portugués Jorge Sampaio expresó que "este no es el mejor momento para discutir actitudes controversas del mariscal".
Lo que interesa, añadió, es que durante la dictadura, el alto oficial fue "una figura catalizadora de esperanzas". La conquista de la libertad en 1974 "en parte se debe a Spínola y su figura quedará para siempre asociada a la restauración de la democracia".
Mario Soares, el líder histórico del socialismo lusitano, que ocupó la presidencia portuguesa entre 1986 y 1996, calificó a Spínola de "figura de gran relevancia, naturalmente polémica y de actitudes discutibles, pero de importancia crucial en la implantación de la democracia".
Los analistas coinciden en que el mariscal, un hombre profundamente comprometido con el régimen de "O Estado Novo" de Salazar-Caetano durante décadas, sufrió un cambio radical cuando ocupó el cargo de gobernador de Guinea y vivió la guerra en carne propia en lugar de verla a través de documentos del Estado Mayor.
Cuando ya estaba hospitalizado, fue visitado por el presidente de Guinea-Bissau, general Joao Bernardo Vieira, el legendario comandante guerrillero "Nino", que fuera su mayor dolor de cabeza durante la guerra colonial.
Las emotivas escenas transmitidas por la television local mostraron al anciano mariscal en su lecho de muerte, con lágrimas en los ojos, tomado de la mano con "Nino" Vieira.
El presidente africano describió a Spínola como "mi amigo de hoy, el enemigo de ayer de honor y valor, a quien siempre respeté y admiré". (FIN/IPS/mdq/jc/ip/96