PETROLEO: Alianza Arco-PDVSA agrega protagonismo a crudos pesados

Una alianza pactada hoy entre la compañía estadounidense Arco y el grupo estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) mostró el protagonismo que aguarda a los crudos pesados en el negocio de la energía en el futuro.

Arco y Corpoven, filial de PDVSA, extraerán durante tres décadas 200.000 barriles diarios de crudos pesados, de nueve grados API, y los transformarán en 181.000 barriles por día de crudos medianos, de 25 grados API.

Las inversiones en el proyecto, que transformará su primer barril de petróleo el año 2001 y producirá a plena capacidad en el 2006, se estiman en 3.500 millones de dólares. Arco y Corpoven están abiertas a nuevos socios.

"Se abren nuevos mercados para los programas de crudos mejorados", dijo durante la firma del pacto en Caracas el presidente de Arco, Mike Bowlin. "Buscamos negocios, porque las refinerías se abren cada vez más a este tipo de crudo".

Arco "espera desarrollar otras asociaciones y negocios como éstos en Venezuela", aun cuando el crudo se venda a terceros en vez de alimentar sus refinerías, ubicadas en un mercado distante, la Costa del Pacífico estadounidense, agregó Bowlin.

Además de la asociación Arco-Corpoven, apenas pactada pues su constitución requiere aprobación por el parlamento venezolano, otras filiales de PDVSA avanzan en proyectos similares con Exxon y Conoco (Estados Unidos) y un consorcio de Total (Francia) e Itochu- Marubeni (Japón).

El depósito de donde se extraerá el crudo es la Faja del Orinoco, de unos 35.000 kilómetros cuadrados y a unos 500 kilómetros al sureste de Caracas, y que contendría 1,2 billones de barriles de petróleos, de los cuales 270.000 millones recuperables con métodos ya conocidos.

El crudo extrapesado viajará unos 300 kilómetros hacia el norte, donde existe un complejo petrolero y petroquímico a orillas del Caribe, y donde una planta provista de tecnologías de "delete cocking" (coquificación retardada) los mejorará.

Guillermo Archila, presidente de Corpoven, destacó que el crudo a obtener es semejante al Alaska North Slope, ampliamente utilizado en refinerías americanas.

Incluso una refinería de Saint Croix -una de las caribeñas Islas Vírgenes estadounidenses- utilizaba ese crudo, aún cuando debía llevarlo con tanqueros que daban la vuelta al continente por el Cabo de Hornos, al resultar muy grandes para el Canal de Panamá, terció el vicepresidente de la firma, Ronald Pantin.

El interés de las grandes corporaciones está asociado a un crecimiento de la demanda, de 72 millones de barriles diarios en la actualidad, mientras en el planeta las reservas probadas -bajo estructuras que pueden extraerlas- permanecen estables en un billón de barriles.

Pero, explicó Pantin a IPS, en ese marco el interés inmediato es de economía de costos, pues un desarrollo que en el Mar del Norte pueda producir 100.000 barriles diarios de crudos livianos durante cinco años requiere invertir 5.000 millones de dólares, por ejemplo.

En la Faja, "con 3.500 millones de dólares puede hacerse un proyecto de 200.000 barriles diarios prácticamente de por vida. Ese volumen es apenas un pellizco" para un depósito que, al contener 270.000 millones de barriles, "puede producir un millón de barriles diarios durante 700 años", dijo Pantin.

Compañías como Arco podrían dirigise hacia las arenas bituminosas de Athabasca, en Canadá, "pero allí la tecnología es minera, de obtención de crudo con inyección de vapor a las arenas mientras que en la Faja se trabaja con líquidos", agregó.

La diferencia, en plata, "es que obtener un barril de crudo en Athabasca puede costar 12 dólares, y en la Faja cuesta dólar y medio", dijo Pantin, quien subraya que el depósito del sureste venezolano "ya dejó de ser el patito feo por contener sobre todo crudos pesados".

Además de sus proyectos de la Faja, PDVSA se ha abierto a capitales privados, dentro de Venezuela, con la operación de campos marginales y un proyecto de gas costa-fuera, en sociedad con Exxon, Shell y Mitsubishi, enlentecido por los bajos precios internacionales del recurso.

Este año, PDVSA entregó a consorcios internacionales, formados por 13 compañías, ocho campos que contendrían a gran profundidad unos 7.000 millones de barriles de crudos livianos y medianos.

El objetivo del gigante estatal venezolano, con operaciones por 26.000 millones de dólares anuales, es llegar a un potencial de producción de cinco millones de barriles diarios hacia el año 2006, en vez de los tres millones de barriles/día actuales.

Arco, séptima petrolera estadounidense, incorpora Venezuela a su mapa de operaciones en petróleo y gas donde figuran Argelia, Dubai, China, Indonesia, Estados Unidos y el Mar del Norte. (FIN/IPS/hm/dg/if/96

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