Pompeyo Rivera, conocido como "Comandante Huayhuaco", jefe de las fuerzas paramilitares campesinas peruanas que derrotaron a la guerrilla de Sendero Luminoso en la provincia de Ayacucho, se encuentra en Lima buscando ayuda para las viudas y huérfanos de sus compañeros.
"Huayhuaco" Rivera, ex profesor de escuela primaria y ex técnico dental en Rinconada Baja, en el tropical valle del río Apurimac, se hizo "rondero" en 1988 para vengar el asesinato de su esposa, ha recibido homenajes oficiales pero también ha sido encarcelado dos veces por la policía en estos últimos años.
Es uno de los personajes insólitos surgidos de la guerra civil, que costó más de 27.000l muertos y desaparecidos entre 1980 y 1993. Rivera es considerado por las autoridades héroe popular o delicuente y sido acusado varias veces de violar los derechos humanos de los campesinos de la sierra sur central.
Hace algunas semanas fue absuelto de la acusación de complicidad con narcotraficantes del valle del Apurimac y puesto en libertad después de casi dos anos de prisión. Las "rondas campesinas" de su tierra lo siguen considerando líder, asegura.
Rivera prepara un libro, "Victoriosos sin victoria", para contar la historia del movimiento armado campesino usado por el gobierno del presidente Alberto Fujimori para combatir a las guerrillas, pero que ahora, concluida la guerra, es tratado como un instrumento social incómodo y sin destino a la vista.
"Huayhuaco" recorre estos días el "Hall de los pasos perdidos", antesala del hemiciclo del Congreso, confundido con otros pedigüenñs y gestionantes para pedir ayuda para las viudas y huérfanos de los "ronderos" ayacuchanos.
"No quiero que me den un centavo, propongo que los fondos sean manejados por la 'Madre Covadonga',(la monja María Estrella Valcárcel) porque las viudas y los huérfanos de los ronderos pasan hambre y están abandonados", expresa.
Las "rondas campesinas", organizacion popular tradicional de la sierra norte peruana para luchar contra los cuatreros, fue promovida en el resto de la serranía por el gobierno de Fujimori, provista de armas de fuego y convertida en instrumento táctico fundamental para combatir a las guerrillas.
La idea de aprovechar la experiencia organizativa de las rondas campesinas de Cajamarca, en la sierra norte, para convertirlas en fuerzas de autodefensa contra las guerrillas, fue propuesta originalmente por el frente Izquierda Unida.
Los mandos del ejército, que inicialmente se opusieron a repartir armas entre los campesinosm, fueron convencidos de ello en 1990 por Fujimori de que sólo con la participación organizada de la población los guerrilleros podrían ser expulsados.
Según diversas fuentes, se distribuyeron entre 12.500 y 14.000 escopetas a los ronderos, en la sierra central y sur central.
La existencia de fuerzas campesinas armadas y hostiles obligó a los guerrilleros a desplazarse en columnas de más de 50 hombres, lo que los hizo más visibles y vulnerables.
Por otro lado, la existencia de rondas destruyó la organización política de base creada por los insurgentes en el seno de las aldeas y comunidades