PANAMA: Ajustes frenan crecimiento y generan malestar y pobreza

Los drásticos ajustes económicos implementados en la economía de Panamá han tenido un impacto negativo en los principales sectores productivos en 1996.

Pese a que la desaceleración de la economía comenzó en 1995, empresarios, economistas y políticos afirman que la acentuación de la crisis podría tornarse peligrosa si no se toman medidas urgentes para mitigar su impacto sobre los sectores más pobres.

El representante empresarial en la no gubernamental Fundación del Trabajo Juan Planells afirmó que el gobierno debe admitir que cometió un error al implantar un plan de ajustes sin medidas para mitigar su impacto social, y debería enmendar cuanto antes los daños causados.

"El problema -según Planells- es que los errores tienen consecuencias sociales difíciles de reparar".

La elevación de los índices de desempleo a más de 14 por ciento, el aumento de la canasta básica de alimentos de 204 a más de 230 dólares mensuales y la extensión de la pobreza absoluta a más de 50 por ciento de la población forman parte de las consecuencias sociales señaladas por el empresario.

Las declaraciones de Planells se produjeron luego que el ministro de Planificación y Política Económica Guillermo Chapman admitió que las fallas en el programa de ajustes han creado "un malestar en la economía".

Chapman, identificado como el autor del programa de ajuste implementado a finales de 1994 por el presidente Ernesto Pérez Balladares, afirmó que el gobierno está dispuesto a introducir cambios en ese programa "en el marco de un diálogo en el cual participen todos los sectores de la economía".

El programa de Chapman se fundamentó en la privatización de empresas públicas, una reforma tributaria y al código de trabajo y la eliminación de aranceles, cuotas de importación y otras trabas al libre ingreso de productos desde el exterior, entre otros.

Planells señaló que coincide con Chapman en la necesidad de un diálogo para buscar una salida a la crisis, pero le recordó que el gobierno debió escuchar a quienes le aconsejaron que los ajustes debian ser "integrales y de forma gradual".

Sin embargo, otros empresarios y economistas consideran que los daños causados por los ajustes pueden ser irreversibles si no se introducen cambios drásticos al "plan Chapman".

El asesor económico del Sindicato de Industriales de Panamá Rogelio Alvarado, indicó que al paso que va el país "vamos a tener una economía de puro papel" antes que finalice el siglo.

Las previsiones de Alvarado se fundamentan en el bajo crecimiento que tuvo la economía en 1995, cuando aumentó sólo 1,9 por ciento respecto a 1994, y en el pobre resultado mostrado por los indicadores en el primer semestre de 1996.

Sectores como la construcción y la caribeña e internacional zona libre de Colón, que entre 1990 y 1994 aportaron alrededor de 10 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB), actualmente han decrecido 34 y 16 por ciento respectivamente, indicó el economista.

El sector industrial, que aporta cerca de 15 por ciento de los alrededor de 500.000 puestos de trabajo permanentes existentes en el país, tuvo un crecimiento de 0,1 por ciento en 1995 y continúa en descenso en 1996, subrayó Alvarado.

"Todas las leyes económicas de Pérez Balladares han fracasado", sostuvo Alvarado al fundamentar la necesidad de un cambio de rumbo en la política económica del gobierno.

La posición de Alvarado y Planells fue conpartida por el presidente de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa Ricardo Ortega.

Tras reclaman que se vuelva a un programa de cambios basado en "una gradualidad equitativa", Ortega dijo que el gobierno "debe practicar una docencia social y comunicar a todos los panameños la razón de los cambios economómicos para que cese la incertidumbre".

El plan de ajustes y modernización del estado procuraba insertar al país en el proceso de globalización económica y atraer inversiones externas que contribuyeran a aumentar la oferta de empleo y reducir los graves indicadores de pobreza.

Sin embargo, el presidente del opositor Partido Liberal Autentico Joaquín Franco, considera que "ha llegado el momento de las decisiones" para poner fin "al declive peligroso que se ha dado en todos los órdenes de la economía nacional desde que se comenzó a trillar los caminos del neocapitalismo".

A su juicio, la solución a la crisis pasa por el diseño de un nuevo programa económico, "con base en la experiencia y en la capacidad de nuestros recursos", elaborado por un grupo de expertos procedentes de todos los sectores económicos y sociales del país. (FIN/IPS/sh/dg/if/96)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe