El gobierno de Pakistán estudia diversas recomendaciones técnicas y empresariales para cubrir los riesgos de los agricultores ante los desastres naturales que cada año afectan a un sector del que depende la mitad de la población.
Calamidades como la sequía, las inundaciones y las plagas, que suelen causar serios daños a los cultivos, destruyendo cosechas que han costado meses de esfuerzo y grandes sumas de dinero tomado en préstamo para pagar fertilizantes, pesticidas y riego, fuerzan a muchos pequeños productores a vender sus tierras.
Sin embargo, las cosas podrán mejorar cuando Pakistán lance el año próximo su ya demorado plan de seguro de cultivos.
Portergado largos años por la oposición de los grandes terratenientes, las apreturas financieras y las discrepancias surgidas sobre la forma de llevarlo a cabo, el plan recibe ahora los toques finales por parte de un equipo de expertos creado por el Ministerio de Comercio.
El equipo, formado por 11 personas, estudia las sugerencias de las compañías aseguradoras, las propuestas hechas hace seis años por la Comisión Nacional de Reforma de los Seguros y las recomendaciones formuladas el año pasado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Debería ser un proyecto orientado al bienestar, y su administración debería quedar en manos del Estado o de alguna institución autónoma", opinó un portavoz de la oficina de la FAO en Pakistán, sita en la capital, Islamabad.
La FAO ha aconsejado, además, que el plan esté vinculado al programa de crédito agrícola y que se hagan reservas financieras adecuadas antes de empezar a asegurar los cultivos.
Aunque aún no se conocen detalles del plan, se sabe que será aplicado a la protección de los cultivos con destino a la alimentación y a la exportación -trigo, arroz, algodón, caña de azúcar y tobaco- de los riesgos que representan las lluvias, las inundaciones y las plagas de insectos.
Los funcionarios que ajustan los detalles del sistema entienden que el seguro de los cultivos será obligatorio para todos los agricultores que tomen dinero prestado, como en el caso de los préstamos del Banco de Desarrollo Agrícola de Pakistán.
El proyecto será bien recibido por los agricultores. "Los pequeños agricultores ya no tendrán miedo de invertir en sus tierras, aunque esto haya demorado tanto", comentó el agricultor Noor Elahi, de la zona rural cercana a Lahore, quien también espera que el sistema ayude a la mejora tecnológica.
La primera decisión sobre un sistema de seguro de cultivos fue tomada por el anterior gobierno de la actual primer ministro, Benazir Bhutto.
Sin embargo, la presión del influyente grupo de grandes terratenientes, la escasez de fondos y ciertas diferencias sobre las primas y los modos de evaluación, hicieron que el proyecto quedara encajonado varios años.
Los grandes agricultores, que hasta ahora han resistido con éxito los intentos gubernamentales de aplicar un impuesto a la renta agraria, también se oponían a la idea de pagar una prima por el seguro agrícola.
El nuevo gobierno de Bhutto, sin embargo, reavivó el proyecto poco después de tomar posesión en 1993, y un grupo de trabajo convocado por la primer ministro para estudiar la situación de la agricultura pidió a la Comisión Nacional de Reforma de los Seguros que escuchara las ideas de las compañías aseguradoras.
"Los aseguradores tenían temor de que los grandes terratenientes, que detentan un gran poder político, se las arreglaran para hacer que, en cualquier momento, el gobierno declarara a sus tierras en situación de calamidad", explicó un alto funcionario del Ministerio de Agricultura.
La Comisión Nacional de Reforma de los Seguros, por su parte, también insistía en que el sistema cubriera los préstamos del Banco de Desarrollo Agrícola de Pakistán y otras instituciones financieras estatales.
Además aconsejó que el sistema sea aplicado por las compañías de seguros con la colaboración de las instituciones de crédito agrícola, y recomendó que el gobierno se haga cargo de la mitad del costo de las primas. (FIN/IPS/tra-en/am/mu/arl/dv/96