El gobierno del estado nigeriano de Lagos se echó atrás en los planes de volver obligatoria la cremación de los muertos debido a una fuerte protesta de líderes religiosos y de la población en general.
Segun Ogundimu, comisionado de Salud y Bienestar Social del estado de Lagos, había anunciado a fines del mes pasado la introducción de la cremación obligatoria a causa de "la grave escasez de tierras para más cementerios".
"No existe forma de evitar esta medida, ya que no hay más tierras en Lagos para usar como cementerios. Nuestro pueblo tendrá que considerar seriamente la idea", advirtió Ogundimu.
Lagos, con una superficie de 43 kilómetros cuadrados y cerca de seis millones de habitantes, posee cuatro cementerios con capacidad colmada, según funcionarios estaduales.
Unos 4.000 cuerpos son enterrados anualmente en los dos cementerios situados en la isla de Lagos, mientras 20 cadáveres se entierran diariamente en los dos cementerios de Lagos continental, de acuerdo con estadísticas oficiales.
Los residentes del estado atacaron inmediatamente la resolución del gobierno local, por lo que éste resolvió que el plan "no le será impuesto a nadie".
Sin embargo, Ogundimu anunció este fin de semana que el estado establecería a corto plazo un crematorio para los cadáveres que no son reclamados y para quienes requieran el servicio.
La incineración de los muertos es ampliamente rechazada en esta nación de Africa occidental, cuya población está profundamente influenciada por la religión y la tradición.
Cerca de 65 por ciento de los nigerianos son musulmanes, 30 por ciento son cristianos y el resto practica cultos tradicionales.
Los líderes religiosos fueron los primeros en alzar sus voces contra los planes del estado, argumentando que la cremación está en contra de las Sagradas Escrituras.
"Los hombres estamos hechos a semejanza de Dios. El cuerpo es el templo del Espíritu Santo, la morada del alma, y por lo tanto debe ser respetado y nadie tiene derecho a estropearlo", afirmó el arzobispo católico de Lagos, Olubunmi Okogie.
Además, "la gente prefiere dejar el cuerpo de un ser querido en un lugar donde pueda ser recordado", agregó el arzobispo.
Los líderes religiosos musulmanes también condenaron la iniciativa del gobierno estadual por considerarla antiislámica. "El sagrado Corán prohíbe la cremación y lucharemos por enterrar a nuestros muertos", manifestó a IPS Abdulahi Isiaka, un líder musulmán del suburbio de Iwaya.
"Es un mandato de Alá enterrar los cadáveres en la tierra; el Islam no nos permite quemar a nadie vivo o muerto. Sólo Alá tiene el derecho de castigar con fuego, por lo tanto no aceptamos la cremación", agregó Isiaka.
Mientras, algunos nativos como Fola Awosika temen que, si los nigerianos comienzan a practicar la cremación, los espíritus de sus ancestros causarán estragos en el país.
Pero Bamgboye Afolabi, líder de los budistas nigerianos, declaró al periódico "The Guardian" que la incineración constituye la forma más limpia de deshacerse de un cuerpo.
Por otra parte, algunos residentes argumentan que aún hay muchos terrenos fuera de la metrópolis y consideran que la única intención del gobierno estadual consiste en destinar la tierra a propósitos más lucrativos que los cementerios.
"Todo lo que pretenden es vender la tierra o demoler viejas construcciones y construir lujosas viviendas", dijo a IPS Babatunde Okeowo, un músico de Lagos. (FIN/IPS/tra-en/to/pm/ml/cr/96