Acusada de explotar a sus trabajadores y dependiente de insumos extranjeros, la industria maquiladora de México se consolidó los primeros cinco meses del año como unA importante fuente de empleos y puntal del comercio exterior.
Datos difundidos este viernes por el Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática indican que entre enero y mayo la maquiladoras llegaron a ocupar a 737.386 personas, 16,3 por ciento más que en igual periodo del año pasado.
En materia de exportaciones, en los primeros cinco meses los ingresos por maquila sumaron 2.386 millones de dólares, 29,6 por ciento de las ventas totales del país en ese período, que según fuentes oficiales llegó a 8.039 millones de dólares.
El comportamiento positivo de las maquiladoras en materia de empleo entre enero y mayo contrastó con el aumento de 5,4 por ciento en los niveles de desempleo a nivel nacional.
Instaladas en México desde hace más tres décadas, la maquiladoras, cuyo capital es dominado por empresas estadounidenses, mantienen una dinámica de crecimiento constante y se proyectan como un "colchón" ante la crisis, señala el Consejo Nacional de las Industria Maquiladora de Exportación.
La maquila, también conocida como industria ensambladora de exportación, es una forma de subcontratación internacional en que un país, generalmente industrializado, provee capital, tecnología e infraestrucutra a otro que pone la mano de obra.
Las principales ramas productivas de esa industria en México, cuyas plantas se ubican en la zona de frontera con Estados Unidos, son la textil, muebleria y electrónica.
Las maquiladoras importan 98 por ciento de sus insumos principalmente de Estados Unidos y Asia, reconocen las autoridades.
Alejandro Mungaray, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, sostiene que las condiciones laborales que prevalecen en las maquiladoras facilitan la manipulación y sobreexplotación de los trabajadores, así como el constante recambio de la fuerza de trabajo.
Organizaciones humanitarias y sindicales aseguran que en las maquiladoras, donde la mayoría de los empleos son ocupados por mujeres, se explota a los trabajadores, pues se les impide sindicalizarse y se los obliga a laborar en jornadas de hasta 10 horas, realizando tareas repetitivas. (FIN/IPS/dc/dg/pr-lb/96)
