La deuda externa mexicana creció a 158.700 millones de dólares al 30 de junio, lo que significa aumentos de 57 por ciento desde su renegociación en 1990 y 16 por ciento desde que estalló la actual crisis económica hace 20 meses.
Según cifras oficiales, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, iniciado el primer día de diciembre de 1994, la deuda de México se incrementó en 22.200 millones de dólares.
El adeudo total acumulado con el exterior, conocido este lunes, equivale a más de la mitad del producto interno bruto mexicano estimado para todo 1996 y es igual a 1.700 dólares por habitante, lo que representa un año y medio de salario mínimo.
El experto Carlos Marichal dijo a IPS que la nueva cifra revela que "una vez más, el monstruo de la deuda se cierne sobre México, y sobre toda América Latina, poniendo límites estrechos a los planes de desarrollo nacionales y regionales".
Marichal, investigador de la institución universitaria El Colegio de México y autor de una "Historia de la deuda externa de América Latina" editada por el Fondo de Cultura Económica, explicó que hay rasgos comunes que afectan a toda la región.
Sostuvo al respecto que "el problema estructural de la economía latinoamericana, agudizado tras la Segunda Guerra Mundial, se centra en el cuello de botella de la falta de divisas, que causó en las últimas décadas el desborde de la deuda externa".
Afirmó que, si bien hay especificidades en los diversos desarrollos nacionales, al factor común de la falta de divisas se añade que casi todos los países latinoamericanos sufren una baja inversión de capitales productivos, locales y foráneos.
"En cambio -adujo- están sujetos al flujo volátil de capitales bursátiles de carácter especulativo, fenómeno incrementado por los actuales procesos de globalización financiera, cuyos vaivenes afectan cada medida económica prevista por los gobiernos."
El experto señaló que los montos que debe pagar México en concepto de servicio de la deuda externa los próximos dos años son tan elevados que impedirán un crecimiento real de la economía.
Adujo que la presión del adeudo -cuya reestructuración sólo significaría alargar los plazos a costa de un incremento de los pagos totales- "será excesiva para cualquier programa de desarrollo socioeconómico hasta comienzos del próximo siglo".
Según Marichal casi todo el drenaje de dinero que México deberá entregar a sus acreedores durante los próximos años, dada la escasa inversión productiva directa, tendrá que salir del superávit del intercambio, que ya alcanzó un tope difícil de rebasar.
Estudios a cargo de expertos del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) revelaron que como resultado de los procesos de globalización económica desde hace varios lustros las firmas exportadoras mexicanas dependen cada vez más de insumos foráneos.
Las investigaciones establecieron que, en promedio, los productos que vende México en el mercado mundial tenían 20 por ciento de insumos extranjeros en 1980, índice que se elevó ahora hasta 80 por ciento.
Este incremento de los componentes foráneos en los productos de exportación se desencadenó sobre todo desde 1986, a partir del ingreso de México al GATT, el Acuerdo General de Aranceles y Comercio, convertido en la Organización Mundial de Comercio.
Los analistas ponen el acento en que desde los años 80 la deuda externa mexicana pasó de ser casi por completo pública a tener un notable componente del sector privado.
Con el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) el adeudo total bajó de 101.289 a 100.384 millones de dólares, pero con el presidente Carlos Salinas (1988-1994) la cifra creció hasta 136.454 millones de dólares.
La parte privada de la deuda externa -que durante el sexenio de Miguel de la Madrid cayó de 19.100 a 6.498 millones de dólares- creció 240 por ciento en la gestión de Salinas, llegando a 22.074 millones de dólares.
En los 18 meses iniciales del gobierno del presidente Zedillo se registró un leve incremento de la deuda privada, hasta 23.500 millones de dólares, de acuerdo con datos de las empresas que participan en la Bolsa Mexicana de Valores.
Pero el mayor incremento de la deuda externa total bajo Zedillo se presentó en el sector público, debido al paquete mundial de rescate financiero tras la caída del peso ante el dólar a la mitad de su valor el 20 de diciembre de 1994.
Según datos del Banco Mundial, tras sucesivas renegociaciones, la deuda externa latinoamericana pasó de 407.971 a 587.606 millones de dólares entre 1986 y 1995.
Carlos Santiago, vocero del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), declaró a IPS en Bogotá que "el problema de la deuda externa es tan grave que un país que se empeñe a pagarla jamás progresa".
Plegándose a una iniciativa del CELAM, el Parlamento Latinoamericano pidió a los gobiernos de la región que promuevan ante la Asamblea General de las Naciones Unidas una consulta a la Corte Internacional de Justicia de La Haya sobre la licitud de la deuda externa.
La deuda externa de los países periféricos del sistema económico mundial (en Asia, Africa, América Latina, Europa oriental y Medio Oriente) asciende a 1,88 billones de dólares. (FIN/IPS/emv/dg/if/96
