La actividad exportadora apícola mexicana repuntó durante los primeros cinco meses de 1996, al aumentar las exportaciones en 49,8 por ciento respecto al mismo período del año pasado.
No obstante, el incremento de las ventas externas no permite aún vislumbrar una superación consolidada de los problemas que derivaron de la crisis económica este último año y medio, ya que se requieren planes oficiales de promoción.
En 1995 la industria mielera de México tuvo un mal año, con una caída en su producción superior a 10 por ciento y exportaciones sólo mayores en nueve por ciento respecto a 1994.
Pese a que las ventas superaron los primeros cinco meses de 1996 los 29 millones de dólares, lo que significa un fuerte incremento y un récord para la última década, la rama se mantiene bajo los niveles de los años 70 y 80.
Raúl Flores, del sistema de análisis económico Finsat, consideró que "la excelente calidad y aceptación de la miel mexicana en los mercados mundiales se vio favorecida por la caída del peso a la mitad de su valor ante el dólar en diciembre de 1994".
"Ello permitió ofrecer el producto a un precio más atractivo para los compradores extranjeros", sostuvo.
Otro factor favorable fue el incremento de los precios internacionales de la miel, que de mayo de 1995 a igual mes de este año llegaron a crecer hasta 42 por ciento.
La miel mexicana a granel que mejor precio obtuvo en Estados Unidos fue la denominada "ámbar clara", que se ubicó en 1,98 dólares por kilo, con punto de ingreso por el Golfo de México.
El volumen de este tipo vendido en el mercado estadounidense los primeros cinco meses del año en curso alcanzó a 384 toneladas, 12,7 por ciento del total de esa clase de miel adquirido en dicha plaza.
Las exportaciones de miel continúan siendo la segunda fuente generadora de divisas del sector pecuario, sólo por abajo del ganado vacuno.
Además este rubro se ubica dentro de los primeros diez productos del sector primario en cuanto a generación de divisas.
Gracias a las ingresos obtenidos por las exportaciones de miel, algunos productores mexicanos vislumbran posibilidades de autofinanciarse para la compra y mejora de sus equipos e instalaciones, situación que les permitiría ser más competitivos.
En la actualidad hay una decena de empresas exportadoras encargadas de acopiar y procesar el producto de 45.000 pequeños y medianos apicultores, para su posterior colocación en el mercado mundial.
Sin embargo los observadores estiman que gran parte de los 2,2 millones de colmenas permanecen improductivas debido a la crisis que afectó a la industria durante los últimos lustros.
"Los efectos favorables de las exportaciones aún no logran reactivar a un buen número de apicultores que mantienen sus colmenas inactivas", señaló Flores sobre la base de datos oficiales y de los productores.
Según el especialista esta situación se debe a que en años anteriores cundió el desaliento ante precios desfavorables de la miel que volvieron poco rentable la actividad.
Ahora, que existe un mercado de exportación cuya demanda incluso no está cubierta, muchos productores se quejan de no contar con la capacidad ni con los medios para reactivar las colmenas y empezar a elevar la producción nuevamente.
La Unión Nacional de Apicultores de México (UNA) consideró en un reciente documento que, pese a los buenos resultados de las exportaciones durante el primer semestre del año, el actual ritmo productivo no es el óptimo.
La entidad empresaria estima indispensable alentar la demanda de miel entre los 92 millones de mexicanos para no depender exclusivamente del mercado mundial, habitualmente inestable y descontrolado.
El estudio de la UNA señala que antes de la crisis estallada en diciembre de 1994 se habían alcanzado buenos niveles de consumo de la miel en el mercado interno.
Sin embargo, la difícil situación económica de los consumidores y el incremento en el precio mundial del producto desvió la miel mexicana a los mercados externos.
Al pretender los apicultores aplicar el precio internacional en el ámbito interno, se elevó la cifra por kilo a una suma equivalente a unos tres dólares, lo que puso a la miel fuera del alcance económico de la mayoría de los consumidores.
En los años 70 México era el mayor exportador mundial de miel, con 30.000 toneladas al año (un quinto del total), pero hacia fines de 1995 había caído al noveno lugar.
La mayor cifra de producción de miel mexicana corresponde a 1983, con 69.500 toneladas, y se estima que la industria genera recursos económicos directos o indirectos para medio millón de personas. (FIN/IPS/emv/dg/if/96
