En el estado mexicano de Chiapas, profundas divergencias sobre los temas democracia y justicia enturbian el diálogo entre la guerrilla zapatista y el gobierno, mientras en el estado de Guerrero un nuevo grupo armado informa de ataques contra militares y reitera que no negociará.
Entre acusaciones, delegados del gobierno y del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) terminaron este lunes siete días de discusiones sin lograr acuerdos pero con el compromiso de volver a reunirse en septiembre y reiterando que mantienen al diálogo como vía para solucionar el conflicto.
En contraste, el Ejército Popular Revolucionario (EPR), cuya aparición pública no cumple aún ni dos meses, negó que aceptaría una invitación oficial para dialogar y aseguró que hasta el momento produjo en el estado de Guerrero 59 bajas a las tropas militares que lo persiguen.
"Altos funcionarios de gobierno" citados por la prensa local señalaron que buscan negociar -si depone las armas- con el EPR, grupo que en su primera conferencia de prensa realizada la semana pasada dijo ser el brazo armado del clandestino Partido Democrático Popular Revolucionario.
Con grandes diferencias de actitud frente al Estado y a la sociedad civil, el EPR, que usa un lenjuage severo con ecos marxistas, y el EZLN, que se da espacios para bromear y dice luchar por la democracia, son los dos grupos armados que actúan en México, según afirman fuente oficiales.
"Ni el Ejército Zapatista ni nosotros somos los únicos grupos armados que existen en México. Hay muchos más producto de casi 30 años de experiencia clandestina", aseguró el "comandante José Arturo" del EPR en entrevista con el semanario Proceso.
Al gobierno estadounidense del presidente Bill Clinton le preocupa la presencia de grupos armados en México, dijo este lunes el embajador de de ese país James Jones, tras expresar que la nación latinoamericana debe enfrentar "el problema" bajo su propio juicio.
José Arturo declaró que la irrupción del EZLN, en enero de 1994, sirvió para despertar la esperanza de un país mejor y acelerar el proceso de unidad de diversos grupos armados que buscan derrocar al gobierno e instaurar uno de carácter "popular".
El EZLN, que en voz de su líder el "subcomandante Marcos" señaló que el EPR deberá ganarse un espacio en México, sostiene que su apuesta ya no pasa por la lucha armada sino por la negociación y los diálogos con la sociedad y el Estado.
El EPR en cambio sostiene que ya tiene una amplia base social producto de un trabajo político de "mucho tiempo", que se mantendrá alzado en armas y que no dialogará con un Estado "asesino" .
El EZLN regresó los últimos días al diálogo de paz que mantiene con el gobierno desde 1995, tras realizar en la selvas de Chiapas un encuentro nacional con grupos opositores y una reunión internacional "contra el neoliberalismo", en tanto que el EPR se mantiene totalmente clandestino.
La cita entre EZLN y gobierno se desarrolló en una ambiente de marcada tensión, reconocieron los mediadores, tras indicar que las posturas sobre los temas de democracia y justicia son muy divergentes.
El EZLN pide profundos cambios de carácter nacional en materia política, como la posiblidad de convocar a plebiscitos y referéndum y el derecho a presentar candidaturas independientes, mientras el gobierno pone como límite de negociación un acuerdo alcanzado con los partidos políticos, que no tiene esos alcances.
La no conclusión de acuerdos se debió a la actitud "intransigente y ajena a todo espíritu de negociación, que venía por todo o nada y resultó nada", declaró Marco Antonio Bernal, representante del gobierno.
Los portavoces zapatistas respondieron en un comunicado que "la única responsabilidad de que no se haya llegado a acuerdos recae en la delegación gubernamental por su incapacidad para negociar y su estrategia para hacer fracasar el diálogo".
Los mediadores del Congreso indicaron que el tema democracia y justicia será retomado el 4 de septiembre, aunque reconocieron que es muy poco probable que se llegue a acuerdos, pues existen posiciones "irreconciliables". Indicaron que se optaría por continuar con negociaciones sobre desarrollo y bienestar social.
La última ronda de diálogos arrancó con signos de tensión, pues el EZLN pidió al gobierno cambiar a su delegación, mientras las autoridades realizaron gestiones para bloquer un préstamo de 250.000 dólares que la Unión Europea planeaba entregar a la Comisión Nacional de Intermediación (CONAI), que actua de mediadora.
El gobierno ratificó finalmente a su delegación y la CONAI y los mediadores del Congreso facilitaron que las negociaciones no se suspendan.
El obispo de Chiapas, Samuel Ruiz, quien preside la CONAI, indicó que los próximos días hará una protesta formal contra el gobierno por haber bloqueado el préstamo al organismo de mediación, que hubiera logrado consolidaría su trabajo.
El gobienro pidió a la Unión Europea no entregar dinero a los mediadores argumentando que es una instancia que desaparecerá en el futuro. (FIN/IPS/dc/dg/ip/96