Apoyados en la estabilidad social del país y en su condición de plaza financiera libre, el gobierno y los empresarios buscan consolidar a Uruguay como centro portuario regional de entrada y distribución de productos.
Así quedo de manifiesto en la quinta reunión de la Asociación Americana de Autoridades Portuarias (AAPA), comenzada el martes y finalizada este viernes en Montevideo.
Ante un vertiginoso crecimiento del comercio exterior, que según el Banco Mundial pasó de 13 a 22 por ciento del producto bruto mundial entre 1980 y 1996, el papel de los puertos y de las zonas francas adquiere particular relevancia, señalaron los participantes de la reunión.
El gobierno uruguayo cree que este país, de 3,1 millones de habitantes, ubicado entre Argentina y Brasil, los dos gigantes de América del Sur, presenta mejores condiciones portuarias que sus socios del Mercosur (Mercado Común del Sur).
"Tenemos un sistema integral de servicios que van desde el que se presta en el muelle, pasa por los depósitos de zonas francas y llega a la condicion de puerto libre, por el que la mercadería circula libre de todo gravámen", dijo a IPS Pablo Abdala, director de la Administración Nacional de Puertos (ANP).
A esos factores se añade la particular ubicación geográfica de Uruguay y razones de caracter jurídico y cultural de las que surgen "reglas claras, precios estables y una justicia independiente", sostuvo Abdala.
El gobierno uruguayo apuesta a "la fuerza productiva del Mercosur" y por ello cree posible la existencia de más de un centro de distribución regional de mercaderías, con bocas de salida hacia el Atlántico y el Pacífico, pero "el principal" estará en Uruguay, aseguró.
Con una profundidad natural de 10 metros, que puede aumentarse a 12 metros, y un bajo costo de mantenimiento, Montevideo aventaja al puerto de Buenos Aires, que tiene nueve metros y un alto costo de mantenimiento.
Brasil también cuenta con terminales de buen calado, pero sus puertos enfrentan manifestaciones de conflictividad sindical. Por ejemplo, la semana pasada fue paralizada la actividad del puerto de Santos, el principal de ese país, argumentó Abdala.
El funcionario destacó que la conflictividad ha sido nula en los puertos uruguayos desde 1992, cuando se liberalizó la contratación de mano de obra en el área y se aceleró el proceso de privatización de sus servicios.
Pero la tarea de consolidar a Uruguay como proveedor de servicios portuarios en la zona del Mercosur no corresponde sólo al gobierno, sino que el esfuerzo privado es un factor clave, dijo Ruben Díaz, presidente de la ANP.
Jimmy Rohr, director de una agencia marítima, indicó que Brasil canaliza casi 70 por ciento de los productos del área del Mercosur y es el principal consumidor, entre los cuatro miembros del bloque, por lo que las fabricas buscan radicarse en su territorio.
Empero, desde allí deben abastecer a la región y entonces, las instalaciones uruguayas "se convierten en la opción ideal para los empresarios que deben tener un stock de mercaderia que les permita un flujo constante de abastecimiento", dijo Rohr.
Uruguay tiene la legislación regional más flexible para el comercio, un sistema financiero sólido y una condicion de país netral y equidistante entre Argentina y Brasil, que lo ubican en una posición inmejorable", observó Alfredo Balmelli, gerente de una empresa de almacenamiento portuario.
Orlando Dovat, director de Zona Franca Montevideo, señaló que en Uruguay, la actividad de las zonas francas está exonerada de toda carga tributaria, incluso de los impuestos a las retribuciones personales, a la renta y al patrimonio.
Así mismo, las empresas radicadas en las zonas francas no pagan aportes sociales por los trabajadores extranjeros contratados, siempre que su número no supere 25 por ciento del personal total.
Las contribuciones sociales, pagadas por la empresa y el trabajador, equivalen a 45 por ciento de las remuneraciones.
Los inversores extranjeros han puesto su mira sobre toda la operativa portuaria de Uruguay y apuntan al puerto de Nueva Palmira, 300 kilómetros al este de Montevideo, terminal de la proyectada Hidrovia que unirá 3.800 kilómetros de ríos de Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y este país.
Dos empresas uruguayas, una china y otra australiana formalizaron esta semana su interés en la explotación comercial del puerto La Paloma, sobre el Océano Atlántico, 350 kilómetros al este de Montevideo.
Los interesados, vinculados a empresas de servicios portuarios y de actividades forestales y pesqueras, respondieron a una convocatoria para revitalizar la zona de La Paloma, que pretende recibir buques de 40 pies de calado y construir un canal de acceso de 600 metros. (FIN/IPS/rr/ff/if/96