Si bien los libaneses esperan expectantes la próxima ronda de elecciones el 1 de septiembre, no se debe necesariamente a que están interesados en los programas políticos de los distintos candidatos.
Debido al amargo sabor que dejó la prolongada guerra civil, la gente ha desarrollado un sentimiento de disgusto hacia la política. Sin embargo, la consulta interesa porque los electores pueden vender sus votos a los candidatos por dinero o puestos de trabajo.
"Los 15 años de guerra civil afectaron severamente la mentalidad de la gente", señaló Nahib Koary, un abogado de Beirut y activo miembro de la asociación Vigilancia Democrática.
"Muchos libaneses ss sienten traicionados por los líderes a favor de los cuales lucharon en la guerra y que ahora se encuentran en posiciones de poder", explicó.
"Además, la guerra ha causado un agudo deterioro en el nivel de vida de gran parte de la población" de 2,9 millones de habitantes, dijo Koary.
La fuerza activa libanesa esta compuesta por el 30 por ciento de la población pero el desempleo afecta a su 25 por ciento. Según el Banco Mundial, el 28 por ciento de los libaneses vive debajo de la línea de pobreza.
Para los desempleados, en especial, las elecciones ofrecen una posibilidad de mejoría. En el servicio público, los puestos generalmente son concedidos a aquellos que tienen los contactos justos, indicaron analistas locales.
Las elecciones parlamentarias tendrán lugar durante otros tres domingos sucesivos y finalizarán el 15 de septiembre.
Faoud Youness, un candidato de la región de La Bekaa, dijo que en los últimos cinco meses recibió 1.400 pedidos de empleo. Esa cantidad de demandas podría traducirse en 5.000 votos. La mayoría de la gente que solicita trabajo tambien ofrece los sufragios de los miembros de la familia en cambio del favor del candidato.
Samir Beka'i, del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Beirut, confirmó que la mayoría de las personas no están interesadas en programas electorales específicos.
"El 60 por ciento de la gente joven entre 21 y 35 años de edad ha perdido la confianza en el gobierno. No están más ligados a ideales políticos o sociales porque sus sueños se derrumbaron durante la guerra", expresó.
Esos jóvenes "ahora se sienten abandonados por los conductores de la guerra que ahora han asumido el poder. El ideal para ellos es conseguir trabajo y ganar algún dinero. Desafortunadamente, esto es solo posible a través de los canales ofrecidos por los candidatos que están ahora en el poder", dijo.
En la primera ronda de las elecciones legislativas, que tuvieron lugar la semana pasada en Líbano central, el partido del gobierno fue claramente el triunfador. El ministro del Interior, Michel al-Murr, ha sido acusado de comprar votos.
La acusación fue el eco local del difuso cinismo que impera fuera del país.
Los opositores acusaron a al-Murr de ordenar arrestos de activistas de sus partidos en una deliberada campaña de intimidación. Al-Murr adujo que fueron detenidos bajo sospecha de pretender sobornar a electores.
Los analistas esperan que la votación corra a lo largo de estrictos lineamientos religiosos y culturales, dividiendo a cristianos, musulmanes y drusos, los principals protagonistas de la guerra civil entre 1975 y 1990, y luego entre facciones más pequeñas.
Del 44 por ciento de la joven generación de postguerra que ejercerá su derecho al voto por primera vez, la gran mayoría planea sufragar sobre líneas "confesionales" (agrupaciones religiosas), indicaron algunos sondeos previos.
"Nuestra sociedad ya no es secular", expresó Sanir Hatab, profesor de Ciencias Políticas. "Las viejas divisiones reaparecen entre los jóvenes que carecen de inspiración sociopolítica y solo están comprometidos con sus líderes religiosos, que pueden ser cristianos o musulmanes".
"Uno debe tener en cuenta del hecho que, a pesar de esta elección y del voto de 1992, la mayoría piensa que los comicios de 1972, los ultimos antes de la guerra, marcaron el fin de la vida democrática en el país", apuntó el candidato Alí Arab.
"La gente jóven ha reaccionado de manera paradójica respecto a estas últimas elecciones. En vez de estar sedientos por democracia parece que sienten disgusto hacia ella", dijo.
Los candidatos que no están en el poder por lo general pertenecen a la clase media o alta. Para asegurarse un escaño en el parlamento ofrecen dinero y servicios al electorado. "Los (candidatos) decentes son pocos…", afirmó Beka'i.
A medida que se acerca el final de las elecciones los votos suben de precio, apuntó Abu Ali, un pariente cercano de un rico candidato. "Cuando el candidato necesita un cierto número de votos y la competencia se hace ardua entre dos rivales, los votos se encarecen y van normalmente al que más ofrece".
Muchos se demandan como puede estar seguro el candidato que los votos que compró serán realmente a su favor.
Ali sonríe y contesta que cada candidato tiene el derecho legal de designar un representante en el lugar de la votación. "Los candidatos hacen una lista de la gente a la cual vendieron el sufragio que entregan a su representante", explicó.
La proxima ronda electoral tendrá lugar en Beirut el 1 de septiembre. El día 8 será en Libano meridional y el 15 en el Valle de la Beka, al este del país. (FIN/IPS/tra-en/rt/HvdB/ego/ip).
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