Las autoridades de Japón aún no descubrieron los alimentos causantes de una epidemia de intoxicaciones que ya mató a 10 personas y afectó a 10.000 afectados, mientras el público cree que el gobierno no respondió con la rapidez necesaria para detener el brote.
Autoridades de la salud rastrearon la principal causa de la contaminación en el tipo 0-157 de la bacteria E.coli, pero hasta ahora, más de dos meses y medio después del primer caso de intoxicación, no lograron identificar exactamente qué alimentos la provocaron.
Mientras, hasta 10.000 personas han debido buscar tratamiento médico como resultado de intoxicaciones leves, entre ellas más de 6.500 escolares de la prefectura de Osaka.
Los casos se registraron incluso en Hokkaido, en el extremo norte de Japón, mientras 32 de las 47 prefecturas del país informaron sobre personas intoxicadas.
El primer caso se diagnosticó a fin de mayo en Okayama, en el oeste, y en julio las intoxicaciones se habían extendido en la ciudad industrial de Sakai, Osaka.
Cuando los primeros casos se descubrieron entre estudiantes de la prefectura de Osaka, los cocineros de las escuelas sospecharon del pescado crudo, y sugirieron retirarlo de la dieta.
Pero las autoridades ignoraron la petición en un primer momento, con la intención de identificar la fuente de contaminación. La lista de posibilidades incluye brotes de rábano, carne vacuna importada, carne de cerdo e incluso pasta.
Pero padres indignados acusan al gobierno de hacer muy poco y muy tarde para intentar detener la expansión de la epidemia.
Resultados de una encuesta realizada por el "Kyodo News" revelaron que la mayoría de los japoneses cree que la respuesta oficial fue "demasiado lenta".
Los síntomas de la enfermedad comienzan con diarrea, seguida de descargas de sangre. Si no se aplica un tratamiento, puede dañar el intestino, y en casos serios, la bacteria 0-157 produce toxinas que causan la muerte por anular las funciones renales.
La bacteria fue descubierta en Estados Unidos en 1982. En 1993, en la costa oeste de ese país, cuatro personas murieron y más de 70 se enfermaron tras ingerir carne de hamburguesa contaminada.
Reconociendo la experiencia de los científicos estadounidenses con la bacteria, el gobierno japonés contrató a expertos norteamericanos para integrar un equipo de trabajo con el fin de identificar el tipo de alimentos contaminados.
Pero la decisión de crear el equipo recién se tomó a fines de julio, cuando más de 8.000 personas habían enfermado a causa de la epidemia.
No obstante, el gobierno insiste en que su respuesta fue adecuada. El ministro de Salud, Naoto Kan, dijo a los periodistas esta semana que las críticas "son infundadas" y que las "contramedidas" del primer ministro, Ryutaro Hashimoto, "se tomaron a tiempo y fueron tan serias como lo requirió la situación".
Sin embargo, autoridades municipales de todo el país se comprometieron a compensar a personas que debieron recibir atención médica.
Las familias de los tres escolares que murieron intoxicados recibieron 21 millones de yenes (210.000 dólares) cada una del Centro de Salud Escolar Nacional.
"La bacteria no se encontró en los almuerzos de la escuela, pero debido a la epidemia, resulta evidente que hay una relación entre intoxicación y posibles muertes", dijo una vocera del centro.
La vocera destacó que el pago no representa la aceptación de la responsabilidad legal.
En la ciudad de Gifu, en el centro del país, las autoridades municipales entregarán 500.000 dólares en compensaciones, ya que más de 430 estudiantes en las escuelas locales han sido tratados por intoxicación alimenticia.
Por un temor injustificado al contagio directo, los japoneses han evitado clubes de natación y baños públicos. Dueños de restaurantes y hoteles también se quejan de que la epidemia mantiene alejados a los turistas.
Los vendedores de mercados y los agricultores también se quejan de que la gente se niega a consumir alimentos crudos como carnes de pescado e hígado, mientras pocos compran vegetales aunque los precios han caído considerablemente. (FIN/IPS/tra-en/mk/cpg/lp/he/96