ITALIA: Jefe de la mafia preso decide colaborar con la justicia

La decisión de colaborar con la justicia de Italia de Giovanni Brusca, "padrino" de los corleoneses, la principal familia de la mafia siciliana, provocará un terremoto en la ya golpeada organización delictiva, y permitirá conocer nuevos aspectos de su relación con el mundo político. Brusca, de 36 años, es el más importante jefe de Cosa Nostra que colabora con la justicia en muchos años. Fue arrestado el 20 de mayo, y habría comenzado a hablar desde junio. Habría admitido su responsabilidad en al menos 30 de los más importantes delitos ejecutados por la mafia en los últimos años.

Las versiones sobre el llamado "arrepentimiento" de Brusca, que circulaban desde hacía varios días, fueron confirmadas este viernes por la fiscalía de Florencia, ciudad situada 300 kilómetros al norte de Roma.

El jefe mafioso saltó a la notoriedad cuando se supo que era quien había detonado la bomba que el 23 de mayo de 1992 provocó la muerte en Sicilia del juez Giovanni Falcone, su esposa y varios hombres de su escolta.

El atentado fue realizado en una carretera, y la bomba, detonada a distancia, hizo saltar por el aire los dos automóviles blindados que transportaban al magistrado y a sus acompañantes.

Falcone fue por muchos años y hasta su muerte el exponente más destacado del combate de la justicia contra la mafia, y era en Italia un símbolo de magistrado incorruptible y que no aceptaba presiones de nadie.

Brusca demostró aún más su ferocidad al secuestrar al hijo de 11 años de un mafioso que había colaborado con la justicia, a quien mantuvo cautivo e hizo estrangular y disolver su cuerpo en ácido más de dos años después, porque su padre mantuvo sus acusaciones contra la mafia.

Tras la detención de Toto Riina, el jefe máximo de Cosa Nostra, en enero de 1993, Brusca organizó atentados que afectaron ese mismo año a iglesias y museos de Roma, Florencia y Milán.

Según indiscreciones publicadas por la prensa, Brusca habría reiterado que el punto de referencia de Cosa Nostra a nivel político en Sicilia era el ex diputado de la Democracia Cristiana (DC), Salvo Lima, asesinado el 12 de marzo de 1992.

El arrepentimiento del jefe mafioso se considera de igual o aún mayor importancia que el de Tommasso Buscetta, el primer jefe de Cosa Nostra que rompió el secular compromiso de silencio impuesto por la mafia y colaboró con la justicia.

Busceta, quien vive actualmente con una nueva identidad y protección de las autoridades de Estados Unidos, decidió confesar a fines de 1984, y volvió de Brasil, donde se había refugiado, para colaborar con Falcone.

Busceta había huido a Brasil escapando más de la mafia que de la justicia. En una de las guerras internas entre familias mafiosas, habían muerto dos de sus hijos, el yerno, el hermano, dos sobrinos, un cuñado y su clan había sido diezmado.

Las declaraciones de Buscetta fueron un primer gran golpe propinado a Cosa Nostra, pues permitieron conocer los organigramas de las principales familias mafiosas de Sicilia, pero sobre las relaciones mafia-política no quiso hablar.

A Falcone declaró que "los tiempos no estaban todavía maduros" para hacerlo: "yo seré declarado loco y usted será asesinado", le pronosticó.

Solamente después del asesinato de Falcone comenzó a hablar, y acusó al más potente político italiano, Giulio Andreotti, siete veces jefe del gobierno, de ser el punto de referencia de Cosa Nostra en Roma.

Su ejemplo fue seguido por Francesco Marino Mannoia. Con él, Cosa Nostra fue aún más cruel que con los otros arrepentidos, y apenas se supo que había decidido colaborar con la justicia, fueron inmediatamente asesinados su madre, su hermana y una tía. (FIN/IPS/jp/jc/ip/96

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe