La probable construcción de un basurero de desechos nucleares en el sur de Argentina, cerca de la frontera con Chile, es un nuevo tema en la agenda bilateral, señaló aquí el vicecanciller argentino Fernando Petrella.
El diputado chileno Gabriel Ascencio, del oficialista Partido Demócrata Cristiano (PDC), expresó en tanto dudas este viernes sobre el control que el estado argentino podrá ejercer sobre el eventual vertedero de desechos atómicos.
Los planes para la construcción del basurero en la localidad patagónica de Gastre, en la provincia de Chubut, están vinculados a la privatización de las tres centrales de energía nuclear de Argentina, aprobada esta semana en el Parlamento de ese país.
Ascensio, quien asistió el jueves en Buenos Aires a la sesión en que la Cámara de Diputados aprobó la ley de privatización, intentó infructuosamente que sus colegas argentinos se pronunciaran mayoritariamente contra el depósito nuclear.
Gastre está ubicada a sólo 180 kilómetros de la ciudad chilena de Futaleufú, situada a su vez unos 1.400 kilómetros al sur de Santiago.
Grupos ambientalistas y parlamentarios afirman que existe un alto riesgo de contaminación transfronteriza con el vertedero, incluso a través de ríos y cursos subterráneos de agua, que corren allí desde el lado argentino al chileno, hacia el océano Pacífico.
"Sabemos que los temas ecológicos son transnacionales y transfronterizos, de modo que ese es un tema que está incorporado en la agenda tentativa bilateral", señaló el jueves el Santiago el vicecanciller Petrella.
El diputado Ascensio, quien representa en el Parlamento a la región amenazada por el vertedero, planteó que es indispensable un acuerdo de los dos países para mantener a la Patagonia chileno- argentina como una zona libre de contaminación nuclear.
La privatización de las centrales nucleares Embalse y Atocha I, así como de Atocha II, en construcción, debe ser votada por el Senado argentino antes de fines de este mes, estimándose inminente su aprobación.
El gobierno del presidente Carlos Menem, con mayoría en el Parlamento, impulsa la venta de las centrales porque está presionado por dificultades financieras y necesita "dinero fresco" para paliar el déficit fiscal, señaló Ascencio.
Agregó que el interés de los inversionistas privados en las centrales está a su vez relacionado con las garantías de que contarán en la propia Argentina con un depósito de residuos atómicos.
La ley de privatización establece que la fiscalización de los vertederos nucleares corresponderá al estado, en tanto la gestión corresponderá a los privados, lo cual a juicio del diputado chileno multiplica los riesgos de un vertedero en Gastre.
Según Ascencio, será muy difícil que en el futuro las autoridades argentinas puedan impedir a los intereses privados a cargo del posible depósito nuclear que reciban desechos importados de terceros países. (FIN/IPS/ggr/en-la/96