Venezuela cuestionó hoy en la capital de Suecia a la Organizacion Mundial del Trabajo (OIT), que calificó de actividad laboral infantil a la explotación sexual comercial de niños y niñas
El intercambio de opiniones registrado en el Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de Niños en Estocolmo puso de manifiesto, además, las distintas visiones existentes en el mundo en desarrollo y en los países industrializados sobre el trabajo infantil.
Mientras los países pobres consideran la actividad laboral de los niños un mal necesario que permite la supervivencia de las familias más desfavorecidas, las naciones ricas tienden a abolirlo por completo.
"La explotación sexual comercial de niños es una forma intolerable de trabajo infantil por la cual se obliga a los niños a trabajar en forma forzada", dijo este martes el subdirector general de la OIT, Kari Tapiola.
"Nos preocupa que se pueda calificar como trabajo o actividad laboral de los niños la práctica de la 'prostitución infantil"', replicó la presidenta del Instituto Nacional del Menor de Venezuela (Inam), Nancy Montero.
La funcionaria venezolana sostuvo que la explotación sexual de los niños "siempre es un delito" cometido por "adultos inescrupulosos" y que, por el contrario, "el trabajo es siempre una actividad constructiva y no sólo destinada a la generación del ingreso".
En cambio, Tapiola dejó de lado el combate a los abusadores y centró exclusivamente el problema en la oferta de las redes de proxenetas que explotan niños y niñas, de pornografia infantil y de tráfico de menores con esos fines, si bien emitió una enérgica condena a la actividad.
"Debemos reconocer la realidad detrás de la explotación sexual comercial de los niños", que se deberá atacar mediante "un combate concentrado contra la pobreza" con la generación de empleos productivos, propuso el representante de la OIT.
Al mismo tiempo, dijo Tapiola, los gobiernos y parlamentos deberían considerar la posibilidad de adoptar normas que se discuten en el organismo internacional respecto de la prohibición del trabajo forzado e infantil.
Montero, por su parte, eligió una perspectiva ética desde la cual manifestó la posicion oficial de Venezuela: "el origen de la explotación sexual comercial de niños radica, antes que en la pobreza, en una patología del uso del poder".
La funcionaria venezolana manifestó que "el victimario exacerba su condición autoritaria contra un ser al que no valora como semejante o prójimo".
"A lo largo de la historia, los vencedores siempre abusaron sexualmente y prostituyeron a los vencidos. Los amos lo hicieron con los esclavos y los hombres con las mujeres", afirmó, por lo que exhortó a los gobiernos y expertos reunidos en Estocolmo a ser cuidadosos y "no ver a los pobres como prostituibles".
El presidente del Consejo del Menor y la Familia de Argentina, Jose Atilio Alvarez, efectuó un planteo coincidente.
"No sólo se debe destacar el cuadro de pobreza, abandono e indefensión de los niños víctimas sino la degradación moral, la perversión y la profunda indignidad de los delincuentes que abusan de aquellos", dijo Alvarez.
El funcionario argentino estableció que "no hay prostitución sin cliente ni corrupción de niños sin corruptores" y que "la pedofilia no nace de la necesidad y la miseria sino del hartazgo, de la sensación de poderío y de la pérdida de toda verdadera escala de valores".
"Es necesario considerar que el nino no tiene capacidad para consentir la actividad sexual de un adulto sobre su persona y que el agresor debe ser penalmente asimilado a quien viola por la fuerza. La indefensión de la víctima es igual e idéntica la cobardía del delincuente", agregó.
El congreso considera una declaración final y un plan de acción, pero se prevé que no habrá modificaciones al documento a pesar de las reservas que manifestaron delegaciones de América Latina y el este de Asia.
Organizadores del congreso dijeron a IPS que las consultas efectuadas antes de la reunión de Estocolmo fueron tan complejas que impiden cambiar siquiera un párrafo de la declaración. Sin embargo, tres países latinoamericanos plantearon distintas enmiendas.
Cuba propuso este martes modificaciones en varios pasajes, especialmente algunos que, según un miembro de esa delegación, operan como condena a los países de Asia y América Latina por pobres, pues "criminalizan la miseria".
Venezuela, en tanto, reclamó la inclusión de un llamado a la responsabilidad de los medios de comunicación, en tanto Argentina postuló una condena más amplia, no sólo contra la explotación sexual comercial de niños, sino contra todo abuso contra la integridad de los menores.
El sudeste asiático y América Latina son las regiones donde niños y niñas sufren más severamente la explotacion sexual con fines de lucro, prácticamente esclavizados por adultos varones, en la mayoría de los casos.
El congreso se celebra a instancias del no gubernamental Comité Internacional para Acabar con el Turismo Sexual en el Sudeste Asiático (ECPAT), con apoyo del gobierno de Suecia y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Participan en la reunión representantes de 112 gobiernos y varios organismos intergubernamentales, altos funcionarios de agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y organizaciones no gubernamentales de un centenar de países.
El congreso abordará tanto la explotación de niños y niñas a manos de redes de proxenetismo, el denominado "pornoturismo" y y la pornografía infantil. (FIN/IPS/mj/ag/pr/96