La transmisión del sida a través de la leche materna, un alimento clave para la salud de los bebés en los países pobres, es más frecuente de lo que se creía hasta ahora, según un polémico informe divulgado en Sudáfrica.
El resultado de la investigación realizada en el Hospital Baragwanath, de Johannesburgo, plantea difíciles interrogantes a comunidades pobres de todo el mundo, donde el peligro de muerte por diarrea o enfermedades respiratorias se multiplica tratándose de bebés alimentados artificialmente.
La diarrea y las afecciones respiratorias infantiles son más comunes en el mundo en desarrollo que la presencia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
De confirmarse, los hallazgos del hospital de Johannesburgo pueden significar "un golpe para la alimentación por leche materna", advirtió Nancy Jo Peck, de la Red Internacional de Alimentación Infantil.
La promoción del amamantamiento es un aspecto fundamental del esfuerzo por reducir la mortalidad infantil. Los anticuerpos contenidos en la leche materna protegen a los bebés de varios riesgos.
Por otro lado, las fórmulas sucedáneas de la lecha materna son muy costosas para las familias pobres, y deben ser preparadas con agua libre de gérmenes, un elemento escaso en zonas de Africa, América Latina y Asia.
Por esas razones, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan la alimentación del bebé exclusivamente del pecho de la madre, aún en el caso de que ésta presente reacción positiva en el análisis del VIH.
Esa recomendación podría ser alterada, a la vista de las conclusiones obtenidas por Glenda Gray y sus colegas del Hospital Baragwanath, que realizaron su investigación sobre 100 bebés nacidos de madres portadoras del virus del sida.
Cuarenta y siete madres participantes en el estudio utilizaron exclusivamente fórmulas sucedáneas, y el VIH se manifestó en 18 por ciento de los bebés alimentados de ese modo. Se considera que el contagio se produjo en el útero o en el momento del parto.
Mientras, las restantes 53 madres amamantaron a sus bebés, con el resultado de 46 por ciento de casos de transmisión del virus del sida.
Esa observación sugiere que la leche materna aumenta 28 por ciento el riesgo de contagio del VIH de la madre al hijo. Estudios anteriores fijaban ese riesgo adicional en 14 por ciento.
Las autoridades del hospital Baragwanath ponen al tanto ahora a las mujeres portadoras del VIH de la condición de la leche materna como potencial vehículo de ese virus y las instruyen en la preparación de las fórmulas sucedáneas.
El hospital Baragwanath atiende el área de Soweto, el suburbio de población negra más grande de Sudáfrica, donde la mayoría de las madres combinan el amamantamiento con la alimentación por sucedáneos, informó Gray.
La población de Soweto es pobre, aunque dispone de agua potable y la tasa de alfabetización aumenta allí rápidamente. "La almentación por fórmula es segura en nuestra comunidad", dijo la investigadora.
"La mortalidad infantil es mucho menor en Soweto que en, por ejemplo, Uganda o Tanzania", agregó.
La investigación realizada evidencia la necesidad de la profundización de los estudios relativos a las madres portadoras del VIH. "Las madres sudafricanas no son estúpidas. Se guiarán por los hechos y no aceptarán que expertos de los países ricos decidan por ellas", señaló Gray.
Esa parece ser precisamente la nueva política del Programa de Naciones Unidas contra el Sida (UNAIDS) y de la OMS. Después de un largo debate interno, UNAIDS divulgo en julio una declaración provisoria sobre el VIH y la leche materna.
Eric Chevalier, de UNAIDS, destacó que las mujeres deben ser inducidas a resolver por sí mismas, con el asesoramiento de médicos.
El asesoramiento debe comprender "la mejor información disponible acerca de los beneficios de la leche materna, de las posibilidades de transmisión del VIH a través del amamantamiento y de los riesgos y posibles ventajas de otros métodos de alimentación del bebé", explicó Chevalier.
La declaración provisoria de UNAIDS advierte el peligro de "presiones comerciales a favor de la alimentación artificial".
Mientras, algunos expertos, preocupados ante los hallazgos de la investigación en Sudáfrica, cuestionan en especial la práctica de combinar la leche materna con los sucedáneos.
Mike Bailey, del Instituto de Salud Infantil, de Londres, argumentó que un bebé alimentado con la leche de una madre infectada con el VIH y con fórmula mal preparada "toma lo peor de las dos modalidades".
Las madres con VIH deben utilizar las fórmulas sucedáneas o dar el pecho, pero nunca las dos cosas, dijo Bailey. También señaló que la leche materna contiene sustancias que entorpecen la multiplicación del virus del sida.
Partidarios de la leche materna temen reacciones perjudiciales ante el estudio del hospital Baragwanath. Nancy Jo Peck indicó que podría producirse incluso "una recomendación general a las madres portadoras del VIH para que no dieran su leche" a sus hijos.
Así mismo, un funcionario del Ministerio de Salud de Zimbabwe destacó el costo prohibitivo de las fórmulas sudedáneas para la mayoría de las mujeres de su país.
"Todas las mujeres deben continuar con el amamantamiento, a excepción, tal vez" de las portadoras del VIH "que pueden pagar la alimentación artificial de su hijo", declaró el funcionario.
La sección africana de la Red Internacional de Alimentación Infantil, reunida en Swazilandia, concluyó que "el consejo habitual debe ser la alimentación por leche materna, incluso en el caso de mujeres infectadas con el VIH".
"El riesgo del bebé de ser contagiado (del sida) a través de la leche de su madre es inferior al de morir de otras causas si se le priva" de ese alimento natural, de acuerdo con los asistentes de la reunión de Swazilandia.
Los participantes agregaron que la alimentación artificial puede ser una opción apropiada paera mujeres en "circunstancias particulares".
Los partidarios de la leche materna calcularon que
La mortalidad antes de los cinco años de edad se duplicaría en Africa en caso de prescindirse de la leche materna, aseguraron expertos de la Red de Alimentación Infantil.
Nancy Jo Peck también destacó un estudio realizado en Brasl, según el cual, la mortalidad por diarrea antes del primer año de edad es en ese país 14 veces superior entre los bebés que no son alimentados por el pecho de la madre. – – – – (*) Este material fue producido por Panos Features, de Londres, y es distribuido por IPS para uso de sus suscriptores. (FIN/PANOS/tra-en/pc/dds/ff/he/96