El debate sobre la explotación sexual comercial de niños y niñas se planteó hoy en la capital sueca de manera similar al que genera el problema de la droga. Mientras el mundo industrializado busca soluciones atacando la oferta, los países en desarrollo procuran combatir la demanda.
El primer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, que comenzó este lunes en Estocolmo, ya es escenario de una discusión por momentos encendida en la que se procura equilibrar las dos puntas del problema.
América Latina se dispone a librar la polémica. En ese sentido, las delegaciones de los gobiernos de Brasil y Cuba propusieron por separado enmiendas al borrador de declaración final y otras de América Latina están dispuestas a respaldarlo.
La iniciativa se refiere al sexto párrafo del proyecto, según el cual "la pobreza no puede justificar la explotación sexual comercial de niños, aun cuando contribuye de hecho a la generación de un entorno que puede conducir a tal explotación".
Según cifras de Naciones Unidas, un millón de niños y niñas son explotados sexualmente en el planeta.
"Esto es casi inaceptable, como condenarnos por pobres. La pobreza tampoco es justificable", dijo un integrante de la delegación oficial cubana que reclamó reserva sobre su identidad.
La enmienda que presentará Cuba indica que "los factores que conducen a la explotación sexual comercial de niños son múltiples y complejos". Delegados de Brasil se han manifestado en ese mismo sentido.
Los países de América Latina, región del mundo donde los niños sufren en mayor medida el abuso sexual por redes de proxenetas y pedófilos después del sudeste de Asia, se reunieron en abril en Brasilia para preparar el congreso de Estocolmo.
Pero los funcionarios de la región encargados del problema no se han vuelto a encontrar desde entonces y manifestaron dificultades para mantener contactos debido a problemas de organización en la conferencia de Suecia.
Atilio Alvarez, jefe de la delegación de Argentina, manifestó su intención de promover una declaración final más "equilibrada".
"No hay prostitución sin cliente, y el cliente, por lo general, no es pobre", dijo Alvarez, quien preside el Consejo Nacional del Menor y la Familia de su país.
Advirtió que en la relación sexual entre un mayor que paga y un menor que recibe dinero "hay un delincuente, que es el cliente, un eventual coautor, que es el proxeneta, y una víctima que es el niño o niña".
El documento final del congreso deberá contemplar "las causas sicológicas y culturales" de la pedofilia, ejercida por lo general por varones adultos y, en el caso del denominado "pornoturismo", por ciudadanos de países industrializados en visita en naciones en desarrollo, explicó Alvarez.
Ximena Barreto, directora general de la Comisión de la Niñez de Nicaragua, manifestó que, en la explotación sexual comercial de niños y niñas, "la víctima es un pobre, pero el victimario no necesariamente lo es".
"Estamos preocupados porque no hay espacio (en el Congreso) para discutir la agenda, pero podríamos conversar" posibles enmiendas con el resto de las delegaciones latinoamericanas, agregó.
Además, recordó la dimensión de género del problema, que reúne características sociales y culturales que no son atribuibles exclusivamente a la pobreza.
Jacquin Strouss de Samper, esposa del presidente de Colombia Ernesti Samper, puso el acento en el hecho de que la demanda de drogas, así como la de niños, proviene del mundo industrializado.
Existen en Colombia, dijo, "niños que cultivan la coca y la amapola para comer y satisfacer la demanda cada vez mayor de los países que pueden pagar esas drogas". "Han dejado de ser niños sin culpa alguna, por las injustas y complejas condiciones de la vida nacional", señaló.
"Aqui no sólo entra en juego el empobrecimiento sino también el deterioro moral", manifestó Vilma Espín, integrante del Consejo de Estado de Cuba y jefa de la delegación de su país.
Espín dijo a IPS que la declaración final, además, debe contener una crítica explícita a las "políticas económicas neoliberales" que, en su opinion, están entre las causas de la pobreza en América Latina y alimentan la explotación sexual comercial de niños y niñas.
"Esto no es un congreso, porque hay un documento elaborado ya para aprobar", se quejó la delegada cubana.
El discurso del ministro de Interior de Gran Bretaña, Timothy Kirkhope, contribuyó a exacerbar el debate sobre demanda y oferta en esta materia.
"El problema (del pornoturismo) recién se solucionará apropiadamente cuando los países que reciben turistas abatan los burdeles que venden a los niños y a los rufianes que organizan el comercio", opinó.
Según el ministro britanico, "esos países están en la mejor posición para perseguir a los delincuentes". (FIN/IPS/mj/dg/ip pr/96