El canciller de Honduras, Delmer Urbizo, negó hoy que tropas de ese país estén efectuando acciones militares de intimidación en la frontera con El Salvador.
Urbizo desmintió de esa manera declaraciones del ministro del Interior de El Salvador, Mario Acosta, quien afirmó esta semana que el despliegue de militares en la frontera es una forma de "intimidación" que en nada abona las relaciones diplomáticas entre los dos países.
Acosta "no es una persona capacitada para emitir juicios sobre cuestiones diplomáticas", sostuvo.
Reiteró que los efectivos desplazados a la zona limítrofe tienen como cometido investigar los incidentes ocurridos el 30 de julio, cuando civiles armados salvadoreños hirieron a ciudadanos hondureños y quemaron algunas viviendas.
"No teníamos elementos policiales a mano, pero en ningún momento es un síntoma de intimidación o agresión", señaló el ministro.
"Los conflictos fronterizos de pobladores salvadoreños que agreden a los hondureños es algo que se está tratando a nivel diplomático y pronto habrá una reunión entre los cancilleres de los dos países para limar asperezas y encontrar soluciones", afirmó Urbizo.
Honduras y El Salvador libraron en 1969 una guerra de 100 horas por problemas limítrofes que fueron resueltos en 1992, cuando un tribunal internacional puso fin al diferendo.
La sentencia otorgó a Honduras la mayor parte de los territorios en disputa, y si bien fue acatada por ambas naciones, conflictos sociales surgidos a raíz del fallo han impedido una rápida demarcación de la frontera.
El incidente ocurrido el 30 de julio se produjo en los nuevos territorios que quedaron a El Salvador, donde los hondureños residentes sostienen que son objeto de amenazas e intimidaciones para que salgan de la zona.
Según Urbizo, los problemas concluirán cuando la frontera sea totalmente delimitada, tarea que se prevé concluir en cuatro años. (FIN/IPS/tm/dg/ip/96