El presidente Cheddi Jagan autorizó la exportación de oro -legalizando una actividad que de hecho viene realizándose desde hace mucho tiempo- con una medida que a la vez aumentará los ingresos fiscales y la popularidad del gobierno.
En lugar de continuar la lucha contra los exportadores ilegales, el gobierno de Jagan, que lleva cuatro años en el poder, decidió conceder licencias a una docena de empresarios, lo cual tendrá el efecto de un consentimiento a una actividad que ya están practicando y que les reporta enormes ganancias.
La asociación de mineros ha pedido al gobierno durante años la liberalización de esta actividad, permitiendo que los mineros del interior del país vendan el oro a sub-agentes en lugar de correr los riesgos que comporta el largo traslado del oro a través de la selva, hasta los centros compradores de la ciudad.
Sin embargo, el gobierno nunca había consentido en que el sector privado pudiera exportar el oro, lo cual estaba reservado a la Junta de Oro de Guyana, organismo estatal, y a la empresa multinacional Omai Gold Mines.
El nuevo sistema -según Roger Luncheon, secretario del gabinete- , permitirá que los operadores privados exporten el metal en colaboración con aquellas dos entidades.
Sucesivos gobiernos intentaron sin mucho éxito, en el pasado, detener la exportación ilegal de oro. Fueron deroge autorizaban al gobierno a fijar precios de compra a los mineros, se permitió que los mineros tuvieran cuentas en moneda extranjera y se les dio latitud para operar.
El cambio de actitud del gobierno también es consecuencia de una investigación que reveló que el oro estaba saliendo del país en cantidades de hasta 100.000 onzas por año. Esta exportación, que representa 25 por ciento de la producción del metal, se venía haciendo desde la década pasada.
El gobierno pudo comprobar, entonces, las perdidas cuantiosas que estaba teniendo por impuestos y derechos de exportación no recibidos.
El negocio fue descubierto por accidente, cuando un equipo del gobierno que viajó a Miami hace un año para investigar la subfacturación de automóviles usados exportados a Guyana, recibió de las autoridades aduaneras de Estados Unidos cierta información sobre ingresos de oro a Estados Unidos.
Los funcionarios estadounidenses sospechaban que la creciente cantidad de oro que aparecía en los puertos de entrada podía ser parte de una maniobra de lavado de dinero del narcotráfico que pasara a través de Guyana.
La decisión del gobierno guyanés es similar a otra de la misma naturaleza adoptada por el vecino Suriname hace dos años, con resultados claramente positivos para el Banco Central de ese país, que logró repatriar las ganancias de la exportación de oro, aumentar sus reservas y fortalecer la moneda nacional.
El gobierno de Guyana espera producir un efecto parecido en la economía del país. El oro ocupa el tercer lugar en el valor de las exportaciones, después del azúcar y el arroz. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/arl/if/96