ESTADOS UNIDOS: Polémica sobre el papel de la primera dama

En su discurso a la Convención Democrática en Chicago, una desafiante Hillary Rodham Clinton enfrentó a todos aquellos que criticaron su rol como primera dama.

Recibida tumultuosamente por los delegados del partido, Hillary no ofreció ninguna disculpa por el papel protagónico que asumió en los últimos cuatro años. En lugar de una retirada, arrojó el guante a sus detractores en un pretendido gesto de coraje político.

Dos semanas antes, Elizabeth Handford Dole, habló en la Convención Republicana en San Diego, California. Elizabeth asumió el rol de esposa deferente y señaló a los delegados porqué "el hombre que amo", Bob Dole, debe ser presidente de Estados Unidos.

A pesar de su considerable experiencia política y profesional, indicó que si su marido era elegido no tenía otro plan que apoyarlo o, quizás más exactamente, seguirlo.

Ese notable contraste entre las esposas de los dos candidatos presidenciales, dos mujeres que tienen mucho en común, refleja lo que el analista político de la Universidad Americana, John Boiney, considera la "reacción esquizofrénica" de los votantes estadounidenses hacia la familia del jefe del Estado.

Mientras la mayoría de la gente ha aceptado los recientes cambios sociales que ha colocado a las mujeres en papeles prominentes tanto en su trabajo como en la política, Boiney señaló que muchos electores se muestran reluctantes a abandonar los ideales tradicionales cuando se trata de la Casa Blanca.

Lo que es ampliamente considerado por los votantes como el "icono" de la familia presidencial, un mandatario fuerte y una esposa discreta a su lado, "es ajeno a las actuales realidades (sociales) que han ocasionado cambios temendos en el papel de la mujer", apuntó la experta Donna Lenhoff.

Lenhoff, asesora del Fondo Femenino de Defensa Legal, con sede en Washington, expresó que ya es imposible encerrar a las mujeres en "estereotipos ajenos a la evolución social".

Boiney, un experto en materia presidencial, agregó que mientras los votantes se muestran deseosos de apoyar a "mujeres profesionales capaces" en cualquier otro nivel de poder político, tienen expectativas diferentes cuando se trata de la presidencia.

Explicó que el presidente y la primera dama son vistos como "símbolos del país" y, como tales, mucha gente cree que deben reflejar un ideal nacional, no la realidad. El deber principal de la primera dama ideal es "ser esposa", no un abogado para determinadas políticas o cuestiones.

"Uno de los problemas que el público tiene con los Clinton es que no vé una pareja, no vé un marido con su esposa", explicó Boiney. "Lo que tienen delante es un par de políticos, una par de profesionales que, casualmente, son marido y mujer".

"En cambio, cuando observan a Bob y Lyddy Dole encuentran lo opuesto", añadió.

Pero esa percepción agudamente distinta no es accidental.

La imágen de Elizabet Dole como esposa amable y capaz de brindar incondicional apoyo "no es casual", comentó Debbie Walsh, directora del Centro para Mujeres Americanas en Política de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey.

Walsh aseguró que, como Hillary Clinton, Elizabeth Dole es parte de "la nueva generación de mujeres" que han establecido identidades y carreras independientes de sus maridos. Sin embargo, en una acción "calculada", no se mencionó en la convención republicana la experiencia profesional de Lizzy.

La esposa de Dole desempeñó tareas en la Secretaría de Trabajo y, más recientemente, fue presidenta de la Cruz Roja Americana.

Walsh opinó que los estrategas republicanos estan buscando mostrar a Elizabeth Dole con una imagen "más blanda".

Lizzy Dole "se parece mucho más a Hillary Clinton (que otras primeras damas)", reconoció Boiney. No obstante, se ha mantenido lo suficientemente apartada como para crear la noción que "no es amenazadora".

De todos modos, Walsh espera que Elizabeth Dole rompa con esa imagen de "esposa-soporte" y asuma un rol más activo si logra entrar en la Casa Blanca, lo cual la expondrá a las mismas críticas que afronta Hillary Clinton.

"Si Bob Dole resulta electo y Lizzy es la primera dama, se verán emerger muchas cuestiones parecidas", predijo Walsh.

Lenhoff, quien señaló que Elizabeth Dole planea volver a la Cruz Roja despues de las elecciones de noviembre, tambien cree que como primera dama no se quedará sentada a un costado y en silencio.

"Es alguien que tiene toneladas de experiencia en gobernar", aseguró Lenhoff. "Sería estúpido por parte de Bob Dole, si es elegido, no sacar ventaja de esa experiencia".

El efecto que podrá tener esa dicotomía cuidadosamente construída entre Hillary Clinton y Elizabeth Dole, se verá cuando los electores vayan a las urnas.

Según Walsh, "por lo general decimos que los candidatos presidenciales no hacen una diferencia. Las primeras damas, probablemente, todavía hacen menos diferencia". (FIN/IPS/tra- en/pz/aa/ego/ip).

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