EE.UU.: Trabajadores agrícolas contra gigante de los hongos

En las décadas de 1960 y 1970, los Trabajadores Agrícolas Unidos (UFW) de Estados Unidos, encabezados por su fundador César Chávez, lanzaron una serie de agresivos boicoteos en contra de los productores de lechuga y uva.

Hoy, con más de 25.000 miembros y en vías de expansión, UFW dirige los mismos procedimientos hacia nuevos objetivos, esta vez con la ayuda de activistas estudiantes y religiosos.

El objetivo primordial de UFW en la costa este es Sylvan Inc., la principal productora mundial de semillas de hongos, con instalaciones en Estados Unidos, Francia, Suiza, Gran Bretaña, Holanda y Australia.

La acción de los sindicalistas se debe a que Sylvan es propietaria y operadora de Quincy Farms, una fábrica de Florida donde 85 trabajadores fueron despedidos por intentar organizarse sindicalmente.

Los despidos son sólo un ejemplo de cómo los derechos de los trabajadores agrícolas son aún violados en todo Estados Unidos, señaló UFW.

La organización destacó que en Florida no se aplica a los trabajadores agrícolas la Ley Nacional de Relaciones Laborales, que garantiza a los obreros de otras industrias el derecho a negociar y a organizarse colectivamente. Además, en este estado las compañías pueden contratar trabajadores no sindicalizados.

Ante tales obstáculos, ni uno de los 300.000 trabajadores agrícolas zafrales de Florida trabajan bajo un contrato sindical. Pero UFW intenta cambiar esta situación, comenzando por Quincy Farms, el mayor empleador privado en el condado de Gadsden, una de las comunidades más pobres del estado.

La mayoría de los aproximadamente 600 trabajadores de Quincy Farms son inmigrantes de El Salvador y México. Desde los despidos masivos del pasado marzo, UFW procuró defender sus derechos empleando las agresivas tácticas promovidas por Chávez.

El sindicato lanzó un boicoteo en todo el sudeste de Estados Unidos contra Prime Mushrooms, la marca comercial bajo la cual se venden los hongos de Quincy Farm, y obtuvo el apoyo de activistas laborales y religiosos en más de cinco estados, donde realizaron manifestaciones y estacionaron piquetes a la puerta de supermercados.

Los organizadores esperan también acciones solidarias contra las instalaciones de Sylvan en Australia, Francia y Gran Bretaña.

Estas acciones forman parte de un nuevo plan del sindicato y del movimiento obrero estadounidense en general para ampliar su base, explicó Rebecca Flores-Harrington, vicepresidenta de UFW y líder del movimiento de los trabajadores de Quincy Farms.

Desde la elección de John Sweeney, en octubre de 1995, como presidente de la Federación Americana de Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), de la cual UFW es miembro, los líderes sindicales se propusieron visitar los establecimientos uno a uno para atraer más trabajadores.

En Florida, UFW desea organizar "no sólo Quincy Farms, sino la industria de los hongos en su conjunto", señaló Flores- Harrington.

La principal preocupación de los trabajadores de Quincy Farms es la seguridad. Los hongos se cultivan en un ambiente cerrado, en enormes cajones que se encuentran a tres metros de distancia del suelo.

Los trabajadores, que deben treparse por tablas húmedas y resbalosas para arrancar los hongos, frecuentemente caen y sufren traumatismos.

El peligro del trabajo se agrava por la negligencia de la compañía, afirman los sindicalistas. Los trabajadores de Quincy Farms firmaron declaraciones juradas asegurando que los médicos de la empresa no realizaban un buen tratamiento de las lesiones y a menudo les enviaban de vuelta al trabajo inmediatamente.

Muchos de los trabajadores ganan un salario que está por debajo de la línea de pobreza en Estados Unidos -entre 9.000 y 14.000 dólares al año- y no les permite acceder al seguro de salud.

El pasado 14 de marzo, luego de una manifestación de los trabajadores en su hora de almuerzo por condiciones de trabajo seguras y el derecho a negociar colectivamente, la compañía despidió 85 obreros y ordenó la detención de otros 24 por entrar ilegalmente en las instalaciones, según afirmó.

La gerencia de Quinci sostuvo que los 85 trabajadores renunciaron voluntariamente, afirmación que los obreros impugnaron exitosamente ante una corte de Florida, que les otorgó indemnización por despido. (FIN/IPS/tra-en/ep/pz/ml/lb/96

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