Un décimo del territorio de Dominica, incluido un tercio de los bosques tropicales protegidos de la isla caribeña, podría verse amenazado por las actividades de una compañía minera australiana, según un nuevo informe.
"La gran australiana llega al Caribe", publicado el pasado fin de semana por Project Underground, de California, y la Fundación Australiana de Conservación, refleja la preocupación de los activistas locales, quienes denunciaron los planes de Broken Hill Proprietary (BHP) como "la mayor amenaza a Dominica desde Colón".
BHP ha estado negociando silenciosamente para obtener los derechos exclusivos de explotación de cobre en Dominica, con la esperanza de iniciar la primera actividad minera comercial sobre la isla.
Popularmente conocida como "la gran australiana" en Australia, donde es la mayor empresa, BHP llegó en junio a un acuerdo extrajudicial por 350 millones de dólares con terratenientes de Papúa-Nueva Guinea que habían demandado a la compañía por masivo daño ambiental al río Fly.
Grupos locales de Dominica se indignaron al saber de los planes de BHP y de sus antecedentes.
"Desastres ambientales como el ocurrido en Papúa-Nueva Guinea o como el derrame de millones de hectalitros de cianuro de una mina de oro en Guyana podrían suceder en Dominica", advirtió Atherton Martin, presidente de la Asociación de Conservación de Dominica.
Dominica, con 75.000 habitantes, es una isla montañosa de origen volcánico de 740 kilómetros cuadrados, y más de dos tercios de su superficie está cubierta por bosques tropicales, que albergan más de 1.200 especies de plantas y son los únicos de tipo primario y oceánico del Caribe.
Los bosques también son habitados por dos especies amenazadas de papagayos que sólo se encuentran en Dominica. Una de ellas, el papagayo imperial, constituye el emblema del país y aparece en la bandera nacional.
Con precipitaciones de hasta 10 metros al año en las montañas centrales, territorio escarpado y al menos cuatro erupciones volcánicas y huracanes cada 15 años, Dominica presenta riesgos considerables para la actividad minera, según el informe de las ONG.
BHP solicitó permiso de explotación en un área de 72 kilómetros cuadrados ubicada en bosques tropicales montañosos. Si el Ministerio de Agricultura aprueba este permiso, BHP podría cortar caminos y realizar perforaciones en dos importantes reservas forestales.
Estos bosques, destaca el informe, estaban protegidos por la Constitución hasta que una nueva Ley sobre Minas y Minerales fue rápidamente aprobada por el Parlamento, a comienzos de este año, sin discusión pública.
Phillip Pyle, director de explotación de BHP para el Hemisferio Occidental, declaró a periódicos de Trinidad y Tobago que su compañía ayudó al gobierno de Dominica "proporcionándole ejemplos de leyes de minería de la región, pero sin sugerirle la redacción".
Este enfoque es muy similar al adoptado por BHP en Papúa-Nueva Guinea, destacó el australiano Danny Kennedy, coordinador de Project Underground que realizó varios trabajos ambientales en Papúa-Nueva Guinea.
"En Papúa-Nueva Guinea, BHP intervino directamente en asuntos legislativos al redactar leyes que penalizan a los ciudadanos que demandan a las compañías mineras", señaló Kennedy, y agregó que "ahora, BHP intenta exportar esa mala práctica al otro lado del planeta".
Si obtiene su permiso, BHP tendrá derechos exclusivos de explotación de cobre y otros minerales por tres años. Ejecutivos de la compañía estiman que la explotación tendría un costo de 500.000 dólares anuales.
"La gran australiana", que estableció una subsidiaria en Texas para administrar sus operaciones en Dominica, también tendría derechos exclusivos de minería, y el gobierno recibiría 3 por ciento por concepto de regalías por cualquier mina que establezca la compañía.
Además de la amenaza ambiental, el informe destaca que las operaciones de una compañía multinacional con ganancias anuales 15 veces superiores al producto interno bruto de Dominica podría alterar drásticamente el ritmo de desarrollo del pequeño país.
Actualmente, la economía nacional se basa en la agricultura, principalmente en la producción de bananas y cocos, pero el llamado "turismo natural" es una industria de rápido crecimiento.
La minería reemplazaría estas industrias locales sostenibles por una industria extranjera y depredadora que monopolizaría el uso de la tierra, advierte el informe de Project Underground y la Fundación Australiana de Conservación.
Unos 2.000 empleos directos e indirectos de la industria turística podrían verse amenazados si una gran mina de cobre dañara los bosques centrales y comprometiera la imagen de Dominica como "isla natural".
Los críticos del proyecto también advierten que las operaciones de minería también pondría en riesgo la supervivencia de unos 3.400 caribes, una de las últimas culturas amerindias que sobreviven en la región, cuyo territorio podría ser concedido a BHP. (FIN/IPS/tra-en/mh/pc/pz/ml/en/96