El informe sobre desarrollo humano de las Naciones Unidas, que ubica a Panamá entre los países con alto índice en esa categoria, generó una polémica en torno a las desigualdades sociales y la mala distribución de la riqueza.
Según la nueva clasificación de índice de desarrollo humano (IDH) elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Panamá ocupa actualmente el lugar numero 43 en el mundo, pese a que alrededor de 50 por ciento de sus 2,5 millones de habitantes viven en la pobreza absoluta.
El IDH se basa en la esperanza de vida, el nivel educacional y el ingreso real ajustado para medir el grado de desarrollo humano de 175 naciones del planeta.
Mientras el 20 por ciento más pobre recibe ocho por ciento de la riqueza nacional, el 20 por ciento más rico se queda con 49 por ciento.
A pesar de esos contrastes, la representante del PNUD en Panamá Ligia Elizondo indicó que el informe demuestra "un nuevo avance (del país) en el camino hacia la búsqueda del desarrollo económico con solidaridad humana".
Calificó de "aliciente" el hecho que 70 países del Tercer Mundo hayan logrado mantener, y en algunos casos mejorar, los indicadores en materia de desarrollo humano.
Se ha generado "una base para el replanteamiento de los paradigmas tradicionales al demostrarse que el crecimiento económico y la equidad no son objetivos contradictorios, sino que por el contrario, son complementarios", dijo Elizondo.
El combate a la pobreza "no es una cruzada romántica" sino "una tarea científica y un deber ciudadano", estimó.
El economista Irving Bennett, presidente electo de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), afirmnó en cambio que debido al bajo nivel de preparación que padece el sector más pobre de la sociedad se torna casi imposible alcanzar un crecimiento económico con equidad.
A juicio de Bennett, cerca de 25 por ciento del 50 por ciento de pobres existentes en el país "es inempleable por falta de capacidad para producir" y va a quedar al margen del desarrollo económico.
Juan Jované, director del Instituto de Estudios Nacionales de la estatal Universidad de Panamá, rechazó la idea de crear una capa "de panameños descartables" y abogó por la elaboración de "políticas especiales" para incorporar a ese sector al proceso de desarrollo.
Explicó a IPS que una de las formas para establecer un desarrollo con equidad es dar a la actual fuerza de trabajo más calificación y adecuarla a las nuevas tecnologías para que el país se pueda integrar al mercado mundial y por el otro lado ir rescatando a los más pobres para la vida productiva.
Países hasta hace poco tiempo pobres, como los del sudeste de Asia, han logrado altos niveles de desarrollo a través "de un estilo de política económica selectiva sobre la cual se puso todo el esfuerzo nacional y una tecnología y una fuerza de trabajo capacitadas".
A esos grados de desarrollo "no se puede llegar promoviendo la inversión en (plantas) maquiladoras que en otros países pagan 68 dólares al mes a obreros no calificados", consideró.
Nivel tecnológico adecuado, educación y una amplia cobertura de salud son los factores que -según Jované- darán a Panamá "un estilo de desarrollo con equidad en la distribución de la riqueza".
Para el rector de la Universidad Gustavo García de Paredes democratización económica, concesión de créditos, políticas públicas de apoyo a los más pobres y democracia participativa son las claves para alcanzar el desarrollo humano y la equidad social.
Un documento de la Confederación de Trabajadores de la República de Panamá (CTRP) indicó que a pesar del crecimiento que ha tenido la economía nacional en la primera mitad de esta década la brecha entre pobres y ricos continúa aumentando y "sólo falta muy poco para que se convierta en un agujero negro".
Entre 1990 y 1994 el producto interno bruto aumentó a un promedio de 7,1 por ciento anual, mientras los índices de pobreza pasaron de 44 a 50 por ciento de la población.
La CTRP advirtió que al paso en que se amplía la brecha entre ricos y pobres para el año 2000 los más pudientes elevarán sus ingresos en 2.638 dólares mensuales con respecto a lo que percibían en 1982, mientras que los pobres sólo tendrán oportunidad de incrementarlos en 50 dólares. (FIN/IPS/sh/dg/if-pr/96)