El país más poblado de Africa acusó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sus instituciones hermanas de marginalizar al continente y dejarlo librado a las graves dificultades económicas que enfrenta.
"No creo que la ONU esté haciendo suficiente por ayudar a las economías africanas", dijo el embajador Ibrahim Gambari, de Nigeria, ex presidente del Comité Especial contra el Apartheid del organismo internacional.
Gambari admitió que la ONU ha sido "muy beneficiosa" para el continente en cuestiones políticas, "particularmente en la descolonización y en incluir a Africa en el mapa político mundial".
"Pero cuando se trata de temas sociales y económicos, la ONU no ha hecho mucho por Africa, primariamente debido a que no tuvo impacto sobre sus jugadores clave, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI)", dijo Gambari a IPS.
El enviado nigeriano fue especialmente crítico de las dos instituciones financieras con sede en Washington por no aliviar el creciente problema de la deuda que enfrentan los países africanos.
El mayor obstáculo para el desarrollo de Africa son los 300.000 millones de deuda externa, y el continente no podrá realizar avances económicos tangibles mientras siga bajo la carga de la deuda.
El año pasado, el secretario general de la ONU, Boutros Boutros- Ghali admitió que "un alto número de países africanos están siendo masacrados por una deuda insostenible".
El conjunto más relevante del capital de la deuda a largo plazo de Africa supera los 37.000 millones de dólares, y representa la mitad de la deuda del Tercer Mundo.
Según el Banco Mundial, sólo seis entre 21 países africanos más endeudados están en posición de pagar sus deudas, incluso bajo los términos más blandos.
En 48 países menos desarrollados, descritos por la ONU como los más pobres entre los pobres, 33 son africanos.
En marzo, Boutros Boutros-Ghali lanzó una iniciativa especial para Africa bajo la cual la ONU, el Banco Mundial y el FMI reunirían 25.000 millones de dólares en la próxima década para activar el desarrollo de este continente sitiado.
Pero Gambari tiene sentimientos encontrados sobre la muy promocionada iniciativa, y aunque admite que es una "tarea loable", cree que "desafortunadamente, no habla sobre fondos adicionales", sino solamente sobre un "reordenamiento de los recursos existentes".
"Comparen la cifra con la deuda externa de Africa, y estarán hablando de 25.000 millones en 10 años contra una deuda de 300.000 millones de dólares", dijo Gambari.
Los esfuerzos realizados en las áreas económica y social no encaran la cuestión del endeudamiento de Africa, dijo el diplomático, y recordó que hasta ahora, "sólo hemos utilizado los escasos recursos para pagar los intereses. Ni siquiera estamos tocando el capital principal".
El segundo problema de Africa, dijo, son los programas de ajuste estructural "diseñados e impuestos sobre nosotros por el FMI y el Banco Mundial".
Djibril Diallo, de Senegal, y presidente de la división de asuntos públicos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), dijo que la mayor tragedia que enfrenta el continente es que mientras la mayoría de los países implementa las políticas de ajuste estructural, se imponen estrictas nuevas condiciones.
Según la ONU, el flujo de inversión extranjera directa a Africa se mantiene incambiado en términos absolutos, y disminuyó como proporción a la inversión total.
Los flujos netos, incluyendo préstamos, donaciones e inversiones, disminuyeron de 22.900 millones de dólares en 1990 a 21.700 millones de dólares en 1993, según las últimas cifras del organismo internacional.
El Banco Mundial, el Bando Africano de Desarrollo y la Comisión Económica para Africa estiman la magnitud de recursos extranjeros necesarios para el desarrollo de Africa en 60.000 millones de dólares anuales. (FIN/IPS/tra-en/td/pz/lp/if-ip/96