DESARME: Acabar con las armas atómicas es factible, dice Canberra

El desarme nuclear no es un sueño de pacifistas. Científicos, líderes políticos, estrategas y aun ex generales llegaron a la conclusión de que un mundo libre de armas nucleares no es solo una meta deseable, sino también factible.

La Comisión Canberra, establecida por el gobierno de Australia, uno de los principales países del bloque occidental en los foros internacionales, reclamó en su último informe la eliminación gradual de los arsenales atómicos a partir de un compromiso entre los países que poseen armas de esta naturaleza.

La integración de la Comisión Canberra es tan significativa como sus conclusiones, pues forman parte de ella personalidades de las cinco potencias que poseen armas nucleares (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia).

Entre ellas no solo se cuentan conocidos activistas por el desarme nuclear, como el ambientalista francés Jacques Yves Cousteau o el británico Joseph Rotblat, premio Nóbel de la Paz de 1995.

También integran la comisión el mariscal de campo Lord Carver, ex jefe del departamento de defensa de Gran Bretaña, y el general George Butler, ex comandante del Comando Estratégico Aéreo de Estados Unidos y otrora uno de los principales defensores del desarrollo de armas nucleares de su país.

"Este grupo representa una amplia gama. Algunos de sus miembros eran totalmente escépticos en cuanto al desarme nuclear", dijo Rotblat, quien trabajó en el desarrollo de de la bomba atómica durante la segunda guerra mundial.

"Esto es muy significativo, en particular por el hecho de que el informe fue totalmente unánime. No hubo disensiones", declaró Rotblat a IPS.

Australia someterá el informe de la Comisión Canberra a la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de este año y a la Conferencia de Desarme en Ginebra al inicio de la sesión de 1997, en enero, según voceros del gobierno de ese país.

El informe propone un programa gradual de eliminación de los arsenales nucleares que comience con un compromiso de los cinco países que poseen armas de esta naturaleza.

Este pacto las obligaría a "encaminarse con toda velocidad y deliberadamente hacia un mundo sin armas nucleares, no como un objetivo para el futuro lejano, sino como una finalidad que merecerá acciones apenas se selle el compromiso".

El acuerdo deberá alcanzarse antes del fin de 1997, y deberá ser acompañado desde su inicio con la ubicación de las armas nucleares fuera del arsenal en estado de alerta, la remoción de las cabezas de los misiles y el fin de las pruebas.

Además, el compromiso incluiría entre sus efectos inmediatos la apertura de conversaciones para la reducción del arsenal atómico de Estados Unidos y Rusia, pactos recíprocos de "no inicio" de ataques nucleares entre los cinco países que no poseen armas y entre éstos y el resto de las naciones.

Tras este pacto, la comisión propuso acciones para prevenir la proliferación "horizontal" de tecnología militar nuclear en los denominados estados "umbrales" (que poseen desarrollo en la materia pero han declarado que no tienen armas atómicas) y la implementación de métodos de verificación.

De todos modos, la Comisión Canberra no fijó plazos. Los autores sostienen que se trata de una omisión deliberada que no implica que acepte los tiempos establecidos en los pactos de desarme parcial existentes. Este proceso, dijeron, podría acelerarse con compromisos políticos y recursos adicionales.

"Creo que el desarme nuclear es posible. Pero deliberadamente no pusimos un cronograma. Lo importante no es un punto final que no puedo definir. Lo importante es que las potencias nucleares digan que han decidido eliminar las armas nucleares", explicó Rotblat.

"Hemos incluido algunos puntos que pueden implementarse de inmediato", afirmó.

Robtlat, presidente de la Conferencia Pugwash sobre Ciencia y Asuntos Mundiales, argumentó que las potencias nucleares poseen capacidad técnica para reducir el número de cabezas nucleares activas de las entre 40.000 y 50.000 actuales a unas 14.000 en el 2003.

"Si siguen a ese ritmo, podrían desmantelar todas las cabezas nucleares en los próximos diez años", agregó.

Otros científicos de Pugwash creen que el desarme nuclear mundial puede alcanzarse en dos o tres décadas.

La Campaña para el Desarme Nuclear (CND), organización con sede en Londres, publicó hace poco un informe en el que reclama a Naciones Unidas negociaciones urgentes para que a más tardar en el 2000 se alcance un tratado para la abolición de las armas nucleares en todo el mundo.

"La CND cree que el único obstáculo para alcanzar esta meta es la falta de voluntad política", señala el informe.

El memorando del grupo establece un programa de diez pasos. El primero es el Tratado para la Prohibición Completa de Pruebas Nucleares, que, según la CND, deberá ser firmado no más allá de diciembre de 1996.

Los últimos pasos serían acuerdos de desarme y de confianza mutua entre los países a partir del 2000.

La ratificación del tratado START II por parte del parlamento de Rusia es crucial para el proceso de desarme nuclear, sostuvo la CND.

Por su parte, el Centro Henry Stimson, con sede en Washington, sostuvo que la reducción gradual de los arsenales nucleares y todos los pasos hacia la reducción de armas de destrucción masiva serán positivos para los objetivos de seguridad de Estados Unidos. (FIN/IPS/tra-en/dds/rj/mj/ip en/96

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe