CUBA: Retorna vieja historia de balseros

Los balseros cubanos, con su dramática historia de desapareciones y muertes en el mar, amenazan con rescatar su protagonismo en la cotidianidad de esta isla caribeña si los signos emitidos desde el norte siguen alentando lanzarse a las aguas.

El fin de la emigración ilegal, decretado por los acuerdos migratorios entre Cuba y Estados Unidos, corre peligro de revertirse tras la exitosa excursión, este fin de semana, de siete balseros cubanos.

Los ilegales fueron rescatados en alta mar por el grupo de cubanos en el exilio "Hermanos al rescate", conducidos a territorio estadounidense y entregados en un centro de tránsito de refugiados desde donde ingresarán a Estados Unidos.

"Hermanos al rescate" habría encontrado en las propias leyes estadounidenses la fórmula perfecta para ayudar a los cubanos que deseen emigrar y evadir así el acuerdo que en mayo de 1995 estableció la repatriación de todos los ilegales rescatados en altamar.

En virtud de la Ley de Ajuste Cubano, de 1966, todo ciudadano de la isña que entre a territorio estadounidense ilegalmente es considerado un refugiado político que huye del régimen de Fidel Castro.

José Basulto, presidente del grupo de exiliados que el 24 de febrero pasado perdió dos avionetas bajo el fuego de las fuerzas aéreas cubanas, dijo el sábado que su organización no puede ignorar a los balseros que siguen abandonando la isla.

"Si me dejan entrar, yo me voy como sea", dijo Lalo, un hombre de 27 años que acaba de cumplir varios años de cárcel por robo con fuerza.

Para él, que dejó la escuela a los 14 años y acumula una larga lista de antecedentes penales, las vías legales que ofrece la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana no son una opción.

Como parte de los intentos por convertir la migración en un proceso normal, Washington otorga al menos 20.000 visas anuales a cubanos que deseen emigrar de forma permanente a Estados Unidos.

Sin embargo, los requisitos legales para calificar como posible emigrante no brindan mucha esperanza a los sectores marginales o a las personas sin calificación o de bajos ingresos que, en gran medida, protagonizaron la historia de los balseros.

Según Rafael Hernández, experto del Centro de Estudios de América, 50 por ciento de los cubanos que se iban del país ilegalmente a finales de 1993 eran obreros, 36 por ciento trabajadores administrativos y sólo 13 por ciento profesionales o técnicos.

Fuentes del Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos y de la dirección cubana de Inmigración y Extranjería aseguran que durante 1994 más de 36.900 cubanos emigraron de modo ilegal hacia el país norteamericano.

La "crisis de los balseros", en agosto de ese año, fue el epílogo de una larga historia de salidas ilegales que tuvo su época de alza en la década del 80 y alcanzó su cúspide con el inicio de esta década.

Cálculos de Antonio Aja Díaz, subdirector del Centro de Estudios de Alternativas Políticas de la Universidad de La Habana, arrojan que entre 1985 y 1994 más de 82.500 cubanos estuvieron presentes en este fenómeno de emigración ilegal.

En pleno auge de las balsas, expertos cubanos y estadounidenses estimaron que de los que intentaban el arriesgado viaje un tercio era interceptado por guardacostas de la isla, un tercio perecía en el intento y sólo la tercera parte restante llegaba a destino.

"Ni que Dios lo quiera", fue la rápida respuesta de Oscar Acosta, un obrero jubilado de 67 años que por nada del mundo quisiera volver a la época en que vivía esperando que en cualquier momento uno de sus hijos muriera en el mar.

Observadores locales aseguran que cualquier signo de aliento a la emigración ilegal tendrá un oído receptivo entre sectores cubanos que sueñan con llegar a Estados Unidos sea como sea.

El vicepresidente Carlos Lage reconoció, el 23 de julio, que aunque la economía cubana creció 9,6 por ciento el semestre pasado ello no se refleja en un aumento de las condiciones de vida de la población.

Cuba tiene 11 millones de habitantes y, según estimados especializados, cerca de dos millones de personas querrían vivir en otro país. No obstante, sólo 435.725 decidieron optar por las 6.000 visas que Estados Unidos rifó este año en Cuba como parte de un programa migratorio especial.

Aunque las autoridades aseguran que "lo peor de la crisis quedó atrás", la situación económica sigue siendo difícil, aumenta la concentración de la masa monetaria en muy pocas manos y los que vieron un espacio en el autoempleo se desilusionan con el peso de los impuestos gubernamentales.

"Las causas que generaron el auge migratorio de los últimos años se mantienen y, si algo cambió, fue que durante más de un año todos los intentos ilegales de salida del país terminaron con la repatriación a la isla", dijo un experto de la Universidad de La Habana. (FIN/IPS/da/dg/pr/96

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