A la cadena de reclamos, amenazas de dictar leyes antídoto y quejas de todo tipo que el gobierno de México ha expresado contra la aplicación de la ley estadounidense Helms- Burton, sin causar hasta ahora mella, se sumó una nota diplomática de protesta.
El gobierno transmitió este martes un reproche escrito a Washington por enviar advertencias a la empresa local Domos, que mantiene negocios con Cuba, pero reconoció que no tiene esperanzas de generar reacción de su vecino y socio en el Tratado de Libr Comercio de América del Norte (TLC).
"No creo que la nota provocará cambios. No es fácil ablandar a estos señores", declaró este miércoles el embajador de México en Estados Unidos, Jesús Silva.
Desde la promulgación de la ley Helms-Burton, con la que el gobierno del presidente Bill Clinton pretende endurecer su bloqueo a Cuba sancionando a empresas extranjeras que trabajen en la isla y alentando a que sean demandadas, México expresó duras protestas por estimar que contraviene el derecho internacional.
Washington amenazó esta semana a Domos, empresa mexicana que tiene inversiones en Cuba en el ramo de las telecomunicaciones, con negar el ingreso de sus ejecutivos y familiares si en 45 días no abandona la isla. La empresa respondió que continurá en Cuba y que incluso concretará nuevos proyectos.
Las advertencias de Estados Unidos son "insultantes" señalaron las cámaras empresariales de México, mientras el secretario de Comercio, Herminio Blanco, anunció que en septiembre se enviará al Congreso un proyecto de ley para proteger a las firmas locales de la Helms-Burton.
La norma antídoto o espejo, cuya discusión y aprobación se viene prometiendo desde marzo, obligaría a las empresas mexicanas a no obedecer laudos ni legislaciones de otros países e impondría multas a quienes actúen en forma contraria.
El gobierno del presidente Ernesto Zedillo ofrece demandar a Estados Unidos en el TLC y dictar la ley antídoto. Además promueve el rechazo a la norma en foros internacionales. Ninguna de sus estrategias ha logrado hasta ahora detener la cuestionada ley.
Con importantes inversiones en Cuba y una crecientre relación comercial y política con el gobierno del presidente Fidel Castro, México promete que seguirá trabajando en la isla pese a las amenazas de su vecino.
Sin embargo, la empresa cementera Cemex, una de las más grandes de su ramo en el mundo, ya inició su retiro, reconocieron portavoces oficiales.
"Es responsabilidad de mi gobierno aplicar la ley", expresó este miércoles el embajador de Estados Unidos, James Jones, tras lamentar que se generen conflictos por la norma, conocida también como Acta para la Libertad y Solidaridad Democrática Cubana.
James informó que un embajador especial de su país visitará México la semana próxima para "buscar una salida al problema Domos".
Domos indicó en un comunicado que seguirá presente en Cuba "bajo el precepto de creer firmemente que la defensa de la soberanía de la nación está por encima de las leyes de otros países".
La firma aseguró que mantiene 15.000 empleos en la isla, permite que 55.000 familias cubanas se comuniquen diariamente con el exterior y que México reciba anualmente 150 millones de dólares.
Al igual que otras empresas mexicanas, las inversión de Domos se facilitó en Cuba por un acuerdo realizado hace más de dos años entre gobiernos para reducir una deuda de 350 millones de dólares que Cuba mantenía con México.
Alrededor de 200 empresas mexicanas, incluidas estatales, mantienen negocios en Cuba en rubros como petróleo, turismo, producción textil y comunicaciones.
La Cancillería dijo que la advertencia de Washington contra Domos reduce los espacios de diálogo que generó en julio la decisión del presidente Clinton de posponer un apartado de la ley Helms-Burton que autoriza iniciar litigios contra empresas extranjeras que trabajan en Cuba.
Para los analistas locales, Clinton podría renunciar a aplicar la polémica norma, que generó rechazos en Canadá y Europa, luego del proceso electoral de noviembre en el que aspira a ser reelegido.
México se reserva el derecho de recurrir a acciones legales "a su alcance" contra Estados Unidos para defender sus intereses, advirtió la Cancillería.
El país latinoamericano, el único de la región que no rompió relaciones con el gobierno de Castro en la década de 1960, mantiene un comercio global con La Habana superior a los 300 millones de dólares anuales. (FIN/IPS/dc/dg/if-ip/96)