Robert Lee Vesco, un financiero fugitivo de la justicia estadounidense que responde ante los tribunales cubanos bajo la acusación de nuevos delitos, negó cualquier vínculo con el presidente Fidel Castro.
Durante las primeras horas de la vista oral y pública del juicio iniciado este jueves en el Tribunal Provincial de Ciudad de La Habana, Vesco aseguró que el mandatario cubano no estaba al tanto de sus actividades en la isla.
"Nunca he conocido a Fidel Castro personalmente ni es cierto que el presidente cubano esté involucrado en el proyecto", afirmó el financiero estadounidense detenido hace 14 meses en su residencia en La Habana.
De acuerdo con el acta acusatoria, Vesco obtuvo autorización del Ministerio de Salud Pública cubano para realizar investigaciones que demostraran la potencialidad de la droga conocida como TX.
La posibilidad de obtener un fármaco capaz de curar enfermedades del sistema inmunológico como el cáncer y el sida puede haber parecido muy tentadora a las autoridades sanitarias del país caribeño, que intentan un desarrollo vertiginoso de la industria médico-farmaceútica, consideran observadores.
Sin embargo, los estudios fueron suspendidos en diciembre de 1994, cuando, según la fiscalía, funcionarios de Salud Pública detectaron "indicios de irregularidades", pero Vesco buscó otra institución cubana que lo secundara en sus estudios.
El fugitivo de la justicia estadounidense podría pasar los próximos 20 años de su vida en una cárcel cubana por "perjuicio a los planes económicos o la contratación estatal, estafa y actividad económica ilícita".
La detención de Robert Lee Vesco y su actual esposa, la cubana Lidia Alfonso Llauger, por iguales cargos, planteó una nueva acusación estadounidense a Cuba. Washington sostiene que unos 90 fugitivos de ese país residen en la isla.
Marianela Ferreol, vocera alterna de la cancillería, dijo a la prensa extranjera acreditada que Cuba recibió una solicitud de acceso consular al juicio de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
"Según las normas internacionales hay que consultar la voluntad del acusado y Vesco no aceptó", dijo Ferreol y aseguró que, hasta donde conoce, Washington no ha pedido la extradición del detenido.
Buscado en Estados Unidos por un fraude estimado en 224 millones de dólares, el financiero obtuvo la residencia en Cuba en 1982 "por razones humanitarias" y fue arrestado en mayo de 1995 como supuesto provocador y "agente de los servicios especiales extranjeros".
La acusación de espionaje, que podía valerle la pena de muerte, fue finalmente desestimada por el fiscal en el curso de la investigación y en el diseño del caso, según Ferreol.
Con el episodio cubano, Vesco parece haber puesto punto final al cómodo refugio encontrado en la isla caribeña después de más de una década de vivir escondiéndose en Bahamas, Costa Rica y Nicaragua.
En La Habana residía bajo la identidad de Tom Adams en una lujosa mansión en un barrio residencial y trabajaba en el "proyecto TX", bajo el auspicio del Ministerio de Salud Pública primero, y de Labiofam S.A. después.
De acuerdo con el acta acusatoria, Vesco actuó por su cuenta cuando decidió atraer inversionistas foráneos asegurando que contaba con el respaldo oficial y adelantando supuestas primicias en la comercialización del medicamento.
Llegó incluso a establecer compromisos y a vender producciones inexistentes, por lo cual recibió considerables sumas de dinero, empleadas mayoritariamente en sus gastos personales, según la fiscalía.
El expediente de 20 páginas alega que Vesco aseguró a sus asociados que la industria médico-farmaceútica local estaba produciendo la nueva droga y creó una compañía extranjera como contraparte de Cuba, que jamás fue registrada en este país.
Los intentos del fugitivo estadounidenes por desarrollar y comercializar TX al margen de las autoridades de la isla, fueron denunciados por el empresario italiano Enrico Garzaroli, representante de Wines and Spirits Distributors INC.
Garzaroli era, junto a Donald Nixon, sobrino del ex presidente estadounidense Richard Nixon, uno de los principales socios de Vesco.
Sin embargo, durante su intervención en el primer día del juicio. el acusado negó haber usado el nombre del presidente Castro como garantía de su proyecto durante una reunión con científicos y empresarios cubanos como aseguró Garzaroli en su acusación.
Observadores locales estiman que el juicio, previsto en un inicio para que durara 48 horas, podría dilatarse y que Vesco hará todo lo posible por no implicar a Fidel Castro en sus actividades.
Según los analistas, podría esgrimir en su defensa que "el gobierno cubano estaba al tanto de todo", pero el argumento cobraría una connotación totalmente contraria si se trata de involucrar a Castro.
No se descarta que en su momento Vesco hubiera utilizado el nombre del presidente o dado a entender su respaldo al proyecto, como una carta de triunfo que siempre funciona en la isla. (FIN/IPS/da/dg/ip/96