El fracasado intento de un delegado estadounidense por conseguir que México apoye sus políticas frente a Cuba desnudó contradicciones entre vecinos y la soledad en la que Washington impulsa la ley Helms-Burton, que endurece el bloqueo al país caribeño.
Stuarte Eizenstat, representante del presidente Bill Clinton, llegó a México este miércoles sin acercamientos previos, con la meta de obtener respaldo, pero sólo encontró críticas.
El gobierno del presidente Ernesto Zedillo se opone a la ley Helms-Burton, pide el inmediato levantamiento del bloqueo a Cuba, rechaza las políticas unilaterales de Washington y reclama su retiro. Estas fueron las demandas que escuchó Eizenstat de miembros del gobierno, parlamentarios y empresarios.
El delegado estadounidense, que abandonó un almuerzo con diputados ante la lluvia de críticas formuladas, dejó México con la misión de continuar visitas a Canadá y países de la Unión Europea, que también han condenado la ley con la que Washington pretende castigar a empresas extranjeras que operen en Cuba.
Eizenstat dijo que sería un error que países amigos recurran a medidas de fuerza contra la ley Helms-Burton, pues el único interés de Clinton consiste en alentar la democracia en Cuba.
Aprobada en marzo, tras el derribo por la fuerza aérea cubana de dos avionetas de una organización de exiliados de Miami, la ley tiene "áreas significativas" que "no guardan conformidad con el Derecho Internacional", según el Comité Jurídico de la Organización de Estados Americanos (OEA).
La resolución del Comité de la OEA, aprobada la semana pasada en Brasilia y suscrita incluso por un jurista estadounidense, señala que un estado no tiene derecho a establecer responsabilidades a terceros por reclamaciones que tuviera con otro Estado.
En junio, el Parlamento Latinoamericano exhortó a los gobiernos a dictar normas antídoto contra la ley Helms-Burton, sancionar a las empresas extranjeras que promuevan ese cuerpo legal y llevar el caso, si fuera necesario, a la Corte Internacional de La Haya.
Estados Unidos se ha quedado prácticamente sólo en su afán por aplicar una norma considerada ilegal y prepotente, opinó el analista mexicano Enrique Quintana.
Eizenstat, quien reconoció que su visita a México no fue exitosa, declaró que al menos logró un acercamiento para que se entienda la seriedad con que Washington promueve la democracia en Cuba.
El gobierno de México ha expresado tradicionalmente duras críticas a las políticas de Estados Unidos contra Cuba, país con el que mantiene fluidas relaciones comerciales y diplomáticas.
En el caso de la ley Helms-Burton, México incluso prometió adoptar medidas concretas contra su vecino y socio en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Pero "la verdad es que no estamos en el momento ni en la posición económica para poder darnos el lujo de adoptar medidas contra los estadounidenses", expresó el dirigente empresarial José Luis Mastretta.
Estados Unidos es el primer socio comercial de México y las autoridades reconocen que sin sus compras, que llegan a más de 42.000 millones de dólares anuales, gran parte de las planta productiva nacional no se habría desarrollado.
Con Cuba, México apenas completa un intercambio comercial de cerca de 300 millones de dólares.
Dictar una norma antídoto contra la ley Helms-Burton, que estaría lista desde junio, y presentar una querella en el marco del TLC, son advertencias del gobierno de Zedillo, pero los plazos para cumplirlas se posponen semana tras semana, mientras Washington avanza hacia la aplicación definitiva de la norma.
Washington envió la semana pasada una carta a la empresa mexicana Domos, que mantiene negocios de telecomunicaciones en Cuba, en la que le exige que deje la isla en 45 días si no desea que se niege a los directivos de la firma visas de ingreso a Estados Unidos. (FIN/IPS/dc/ag/ip/96
