Corea del Sur se convirtió en exportador de tecnología nuclear al obtener un contrato para el suministro de generadores de vapor y otros equipos para una central atómica de China.
El equipamiento se destinará a la tercera etapa del programa de construcción de la central de Qinshan. El contrato suma 120 millones de dólares y la Compañía Coreana de Industrias Pesadas y de Construcción (Hanjung) lo ganó después de dos años de negociaciones.
Hanjung participará de la tercera etapa de la planta de Qinshan como subcontratista de Energía Atómica de Canadá Ltd (AECL) que, según un acuerdo firmado a principios de julio, venderá a China dos reactores de agua pesada (HWR) de 700 megavatios.
Se trata de la mayor exportación sudcoreana en el área de la energía nuclear. Qinshan, la primera central atómica comercial de China, cuenta con un reactor de 300 megavatios de agua presurizada (PWR). Fue conectada a la red eleéctrica en 1993 y puesta en servicio en abril de 1994.
El recipiente a presión de la primera unidad de la central fue suministrado por Industrias Pesadas Mitsubishi, de Japón. Mitsubishi también entregó el recipiente a presión para la segunda etapa, de 600 megavatios PWR, cuya construcción acaba de comenzar.
El contrato obtenido por Mitsubishi, por valor de 20 millones de dólares, había sido logrado originalmente por un consorcio sudcoreano encabezado por Hanjung. Pero la Corporación China de la Industria Nuclear canceló el acuerdo debido a que el gobierno de Corea del Sur no cumplió determinados compromisos crediticios.
Al instalar en Qinshan dos reactores HWR, o de agua pesada, China combina dos tecnologías en una misma central, un hecho que exige diferentes procedimientos operacionales y el uso de dos tipos de combustible.
Los reactores PWR, o de agua presurizada, emplean uranio enriquecido más de cuatro por ciento, mientras los reactores HWR consumen uranio natural. Los HWR también requieren la utilización de agua pesada como elemento refrigerante.
China dispone de otra central nuclear en la bahía de Daya, cercana a Hong Kon, que comprende dos reactores PWR de 985 megavatios suministrados por la empresa francesa Framatome. La misma firma interviene en la dotación de equipos para la segunda fase de Qinshan.
AECL logró el contrato para la instalación de los dos reactores HWR en Qishan con apoyo en una fuerte campaña de ventas de Canadá, que está obligada a participar de proyectos en el exterior para asegurar la viabilidad económica de su industria nuclear.
Canadá prometió un aporte financiero de 1.500 millones de dólares para las obras de Qinshan. Según Reid Morden, los términos definitivos del acuerdo, que no han sido divulgados, "son onerosos" para su empresa.
Los canadienses confían vender a China cuatro reactores en total y AECL intenta lograr nueve contratos de exportación a Asia y Europa oriental, por 4.500 millones de dólares.
"Después de China están Corea (del Sur) y otros mercados de Asia y el Pacífico", dijo Morden.
En efecto, Corea del Sur desarrolla un ambicioso programa de energía nuclear. Ya dispone de nueve reactores en operación y proyecta construir otros 19 para el 2010.
Corea del Sur agregó a su compra de reactores la adquisición de tecnología y sobre esa base levantó su propia industria de equipamiento nuclear.
Ahora esta en condiciones de exportar equipo. China sigue su ejemplo: exige la transferencia de tecnología a sus abastecedores occidentales y japoneses.
Como China, Corea del Sur proyecta instalar varias unidades HWR sministradas por Canadá. Tres de esos reactores serán destinados a Wolsung, donde ya hay otro en operaciones.
El interés de China y Corea del Sur en la tecnología HWR sugirió a algunos comentaristas que los dos países podrían considerar el uso en el futuro de MOX, el combustible que mezcla uranio y plutonio.
El uranio reprocesado de un reactor de agua presurizada, o PWR, puede ser utilizado para la elaboración de MOX para una unidad HWR, o de agua pesada.
Ni China ni Corea del Sur cuentan con instalaciones para la fabricación de MOX y, en cualquier caso, el uso de plutonio es materia polémica, por su potencial para la fabricación de bonbas nucleares.
Al respecto, puede ser significativo que Francia y Japón, los dos principales abastecedores de China en materia nuclear, están interesados en el desarrollo de la tecnología MOX. (FIN/IPS/tra- en/jmp/rj/ff/en/96