COMERCIO: Caribe dispuesto a rechazar acuerdo comercial con Cuba

Los gobiernos de países anglófonos del Caribe están dispuestos a excluir a Cuba de un acuerdo de libre comercio regional, aunque todo parecía indicar que el tratado se concretaría.

Hasta hace pocos días, la nación hispano hablante, con una población de poco más de 10 millones, abrumada por dificultades económicas tras 34 años de bloqueo de Estados Unidos, había esperado que los gobiernos regionales respondieran positivamente a su solicitud.

No obstante, señales tempranas hacían pensar que el acuerdo podría concretarse en el corto plazo.

"Escuchamos su solicitud y acordamos plantear su deseo ante los jefes de gobierno (caribeños) en el futuro", dijo un alto funcionario de la Comunidad del Caribe (Caricom) que solicitó el anonimato.

La fuente de Caricom se refirió a la reciente reunión de representantes de la región en Dominica, cuando la solicitud fue presentada formalmente ante un comité de Caricom.

Pero algunos analistas sostienen, en base a logros pasados, que La Habana tenía todo el derecho de creer que la solicitud había sido aceptada.

En los últimos cinco años, Cuba logró sumarse a la Asociación Caribeña de Turismo (CTO), y fue aceptada como miembro fundador de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), establecida en 1994, que agrupa a 25 naciones soberanas con costa en el mar Caribe y 12 dependencias y sus potencias coloniales.

Pero los observadores señalan que la posición de Caricom sobre el acuerdo comercial no es sorprendente, ya que, a pesar de sus estridentes críticas a la política de Estados Unidos hacia La Habana, y sus estrechas relaciones con Fidel Castro, la comunidad debe tener en cuenta la tremenda influencia de su poderoso vecino del norte.

El Caribe ha criticado severamente la ley Helms-Burton, que sanciona a individuos y empresas de países que tengan negocios con propiedades confiscadas por el gobierno comunista.

Durante la sesión de apertura de la cumbre de líderes regionales, el mes pasado en Barbados el presidente de Caricom, Lester Bird, de Antigua y Barbuda, calificó la medida como "una nueva forma de colonialismo", diciendo que la región mantendría su oposición a la ley Helms-Burton.

La posición adoptada por la región en los últimos cinco años implica un cambio radical en relación a la política de mediados de la década de 1980 hasta comienzos de los '90, cuando el Caribe se vio afectado por amenazas de Washington de reducción de la ayuda y castigo a sus frágiles economías.

Durante ese período, Cuba ha tenido cierto éxito en el comercio con el Caribe anglófono. La Agencia de Desarrollo de Exportaciones Caribeñas (CEDRA), con sede en Barbados, envió en abril a La Habana una delegación de unos 20 empresarios para estudiar oportunidades de inversión.

El comercio entre Cuba y el Caribe anglófono alcanzó 345 millones de dólares el año pasado, lo cual apresuró a las autoridades a señalar que la movida actual no es tímida, sino más bien táctica.

Pero ahora Cuba ha quedado con la vaga promesa de que el acuerdo de libre comercio será "estudiado", en un esfuerzo por determinar la lista de bienes que en el futuro podrían recibir tratamiento preferencial recíproco.

"No estamos diciendo que no queremos un acuerdo de libre comercio con Cuba, pero (el país) no está en la lista de jefes de gobierno elaborada", dijo el funcionario de Caricom.

La lista incluye a República Dominicana, Venezuela y Colombia, comprendidos en la iniciativa de Libre Comercio de las Américas, formalizada en una reunión hemisférica con el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/lp/if-ip/96

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