Estados Unidos debe sancionar a Turquía por provocar la violencia en Chipre, sostuvieron hoy representantes del Congreso de Estados Unidos.
El representante de Nueva York Elliot Engel dijo que las sanciones, posiblemente contra Ankara, son necesarias para hacer frente a lo que describió como la posición provocativa del nuevo "gobierno no secular" de Turquía, liderado por el islámico Partido Refah del primer ministro Necmettin Erbakan.
Desde que el nuevo gobierno asumió el poder a fines de junio, "hubo una serie de provocaciones. Nosotros en el gobierno de Estados Unidos no toleraremos la agresión turca", añadió Engel.
El último incidente ocurrió el miércoles, cuando un grecochipriota fue herido de muerte por la policía turcochipriota, cuando intentaba bajar una bandera turca en la zona de protección bajo control de la ONU que separa las áreas controladas por griegos y turcos en la isla.
Tres días antes, otro protestante grecochipriota había sido golpeado hasta la muerte después de haber cruzado la frontera en una manifestación de motociclistas.
Una semana después que Erbakan firmó un acuerdo para construir un oleoducto con Irán, la violencia en Chipre fue una señal de beligerancia de parte de Ankara, afirmó Engel, y añadió que "Estados Unidos debe imponer sanciones".
El representante Robert Menéndez de Nueva Jersey dijo que los motociclistas que cruzaron la frontera el domingo participaban en un acto de "desobediencia civil pacífica" en protesta de la división de la isla, en 1974.
"Ellos lo pidieron. Es como meter la mano en un panal y esperar no ser picado", dijo Osman Ertug, representante de los turcochipriotas ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y mantuvo que los motociclistas contaban con el respaldo del presidente de Chipre, Glafcos Clerides.
La ONU responsabilizó a ambas partes por la violencia de esta semana. A los grecochipriotas por permitir "la entrada no autorizada a la zona de protección" del organismo internacional, y a civiles y policía turcochipriota por "golpear despiadadamente a todos los manifestantes que pudieron atrapar".
Un informe de la ONU confirmó que la parte turca incluía a miembros de un grupo extremista llamado "Lobos Grises" que participaron en las golpizas.
En el comunicado de prensa diario en Washington, el vocero del Departamento de Estado, Nicholas Burns, dijo que "Estados Unidos cree que aquellos responsables de esos actos deben ser llevados ante la justicia".
Burns anunció que Estados Unidos "continuará con sus esfuerzos por lograr un acuerdo entre ambas comunidades y lograr un tratado duradero sobre un federación bicomunal y bizonal que permita a los chipriotas vivir juntos".
Pero al menos algunas de las objeciones de Estados Unidos contra Turquía -el único país que reconoce el norte de Chipre como una república independiente-, provienen de una actitud prudente ante la nueva coalición derechista de Erbakan en Ankara.
Engel considera a los islámicos truculentos, en espeical porque el acuerdo turco-iraní sobre el oleoducto se aprobó días despúes que el Congreso estadounidense aprobara legislación para penalizar a países que inviertan en Irán o Libia.
Menéndez añadió que la nueva legislación que impone sanciones contra la inversión en Irán podrían ser aplicadas al propio gobierno de Turquía.
Aunque Ankara niega que el acuerdo involucra inversiones, ya que ambas partes construirán el oleoducto en sus respectivos territorios, Menéndez argumentó que el pacto "invoca claramente las provisiones de la nueva ley".
Pero Ertug puso en duda que el llamado a sanciones tenga algún efecto sobre la alianza con Turquía. Grecia y Turquía, miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (0TAN), son respectivamente el cuarto y quinto beneficiarios de la ayuda al exterior de Estados Unidos.
"Esto es pura propaganda", dijo Ertug sobre la posición de los congresistas. (FIN/IPS/fah/pz/lp/ip/96