Inspiradas en la figura de Rosario Orrego, la primera mujer que publicó una novela en Chile, unas 50 escritoras finalizaron hoy un encuentro en esta capital en que demandaron una identidad propia alejada de estereotipos.
"Palabras de mujer" fue el título del simposio realizado en el Campus Oriente de la Universidad Católica por el Instituto de Letras de esa casa de estudios, calificado como un éxito por sus organizadoras, tanto por la masiva participación como por la profundidad e intensidad del debate.
Escritoras consagradas e inéditas, jóvenes y maduras, conformistas y contestarias, conformaron el variado auditorio de esta cita, la primera de su tipo que se realiza en Chile con el auspicio de una universidad.
La protagonista central del simposio fue Marjorie Agosín, escritora y crítica literaria chilena radicada desde hace largos años en Estados Unidos, donde editó la obra "What is secret", con prólogo de la novelista Isabel Allende, también chilena.
La obra, traducida al español, es una antología de 37 escritoras chilenas del siglo XIX y del presente, donde se destaca como pioneras de la literatura femenina nacional a Rosario Orrego, Mariana Cox e Inés Echeverría.
Con el seudónimo "Una madre", Orrego publicó en el siglo XIX su novela "Alberto el jugador", la primera narración de una mujer editada en Chile.
Desde esa raíz, se observa hoy un frondoso árbol literario femnino en Chile, con figuras de renombre internacional, como la propia Allende, Diamela Eltit, Ana María del Río, Pía Barros y Marcela Serrano.
Como punto de intercambio y de debate, el simposio no se propuso alcanzar "consensos equívocos" en temas polémicos, y por tanto, prevaleció "el análisis y el fragmento", señaló la periodista Ximena Poo, una de las asistentes.
La dicotomía entre literatura feminina y feminista, la idea de la identidad inherente a lo masculino y lo femenino, así como la identidad propia de una literatura de mujeres estuvieron en una discusión donde tampoco escasearon planteamientos políticos convencionales.
Hubo sin embargo virtual unanimidad para rechazar los estereotipos y teorías facilistas, que observan a la literatura femenina como un quehacer circunscrito casi exclusivamente a la emocionalidad.
Las obras de las escritoras chilenas muestran, para Agosín, "una narrativa que, más que intimista, es rupturista, que siempre ha tratado de romper con lo que presuntamente siempre se ha dicho que la mujer tenía que ser".
"Es una narrativa original, es lírica, ambigua y elaborada", destacó Agosín, una escritora e investigadora ganadora del Premio Letras de Oro en Estados Unidos.
Como un estímulo a la creación literaria, un canal internacional de televisión anunció este lunes que desde 1997 otorgará el premio "Palabras de Mujer", de 2.000 dólares, a escritoras inéditas. (FIN/IPS/ggr/ff/cr/96