La política del Caribe está ingresando a una nueva era, a medida que carismáticos y ancianos estadistas dejan sus espacios a jóvenes y pragmáticos tecnócratas y a mujeres.
El cambio en los liderazgos de la región tiene su origen en la pérdida de poder que sufren los partidos políticos y los sindicatos tradicionales, otrora "campos de entrenamiento" naturales de la dirigencia.
Ahora, en cambio, muchos dirigentes jóvenes ganan experiencia en empresas privadas, tareas de desarrollo comunitario y proyectos de defensa del ambiente.
Pero el cambio más dramático acaso sea la creciente influencia de las mujeres, quienes, según las previsiones, jugarán un destacado papel en el próximo siglo, si bien ninguna ejerce jefaturas de estado en el Caribe cuando aún restan menos de un lustro para que comience.
Estas son las conclusiones iniciales de un estudio de un centro de investigaciones con sede en Washington que emprendió un programa para identificar y contribuir en el desarrollo de la próxima generación de líderes políticos caribeños.
Aún en su etapa de formación, la Iniciativa para el Liderazgo Caribeño del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) identificó 15 líderes jóvenes, la mayoría de los cuales tienen 40 años de edad o menos, de quienes se espera que agarren el timón de los asuntos de la región.
"No existe un prototipo de un líder político ideal", dijo Joyce Hoebing, directora asistente del Programa de las Américas del CSIS. Por esta razón, agregó, el centro intenta establecer "un grupo amplio y multidisciplinario de personas que se diferencian o harán algo diferente en sus campos".
Ocho integrantes del todavía selecto grupo son mujeres. Algunas de ellas, como Mia Mottley, la ministra de Educación de Barbados, de 29 años, ganó experiencia en la actividad partidaria tradicional.
Otras, en cambio, eludieron los partidos políticos y ganaron puestos de liderazgo en el sector privado, como la jamaiquina Vilma Gregory, fundadora de una compañía de servicios de comunicación.
Los proyectos de desarrollo en materia de comunicaciones y ambiente son también un buen entrenamiento para líderes, tanto hombres como mujeres.
En el trabajo del CSIS participan activistas de estos proyectos de Antigua y Barbuda, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago. Hoebing explicó que el centro todavía está por llenar "tres grandes agujeros" en Suriname, República Dominicana y las pequeñas islas del Caribe oriental.
República Dominicana, representada apenas por el periodista Adriano Miguel Tejada, es una preocupación particular del CSIS, pues ese país ha contado tradicionalmente con poca representación en los foros regionales.
El "cambio generacional" que actualmente se registra en la política caribeña se debe a que "los veteranos políticos y caudillos" dejan su espacio a líderes "más jóvenes y tecnócratas".
"Este cambio se debe al enojo del público ante el fracaso de las economías, los crecientes males sociales y la corrupción endémica", dijo Anthony Bryan, ex director del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de las Indias Orientales (UWI), en un informe del CSIS difundido en 1995.
La ausencia de sindicalistas en este grupo de nuevos líderes es notoria, si bien cumplieron un papel vital en los movimientos de independencia regionales y en la política partidaria posterior a la obtención de la soberanía.
Hoebing atribuye este hecho al vínculo que ha unido tradicionalmente a los sindicatos con los partidos políticos caribeños.
Mientras líderes carismáticos ya retirados, como el jamaiquino Michael Manley, apelaron a una retórica encendida para unir a sus pueblos en torno a promesas de un mejor futuro, los nuevos dirigentes se enfrentan al cinismo del público en la política, originado, precisamente, en el incumplimiento de esas promesas.
Al contrario que sus predecesores, la generación emergente de líderes de la región son conscientes de que muchos factores que influyen en la economía y la vida política están más allá de su control, según Hoebing.
Muchas decisiones vitales en tal sentido se adoptan en los pasillos del Congreso de Estados Unidos, en la Casa Blanca o en las oficinas de las instituciones financieras internacionales, y los jóvenes dirigentes lo saben cabalmente, agregó.
En la primera reunión de futuros líderes caribeños identificados por el CSIS, que se celebrará en Jamaica en octubre, se considerará cómo generar interés en la región entre los políticos estadounidenses.
Este grupo también abordará el "viejo problema" de la integración regional, anunció Hoebing.
El CSIS refleja las realidades políticas y económicas de la región y suministra "una ventana en Washington", ciudad donde "se adoptan muchas decisiones" que la afectan. "Sin acceso a la comunidad política" de la capital de Estados Unidos "se sufre una desventaja natural", dijo.
Los participantes de la reunión viajarán a Washington en los próximos 18 meses para conocer a políticos estadounidenses en el Congreso y la Casa Blanca, así como representantes de organizaciones no gubernamentales. (FIN/IPS/tra- en/pz/yjc/mj/ip/96