Grupos birmanos que luchan en Gran Bretaña por la democracia en Birmania, se manifestaron hoy en Londres contra empresas británicas que hacen negocios con el gobierno militar de aquel país, en un nuevo aniversario de la represión que siguió a un levantamiento democrático hace ocho años.
Dirigentes birmanos en el exilio también protagonizaron protestas en Australia contra el régimen dictatorial de Rangún, y pidieron la suspensión de la inversión extranjera en Birmania.
Los militantes piensan lanzar este mes en Gran Bretaña una campaña de boicot contra importantes empresas británicas, una iniciativa que en esta misma jornada se vio fortalecida por la difusión de un informe de Amnistía Internacional que detalla las violaciones a los derechos humanos que ocurren en Birmania.
Se espera que la campaña comience con un boicot a la cadena de tiendas de ramos generales British Home Stores (Bhs), planificado con el mismo criterio utilizado contra los bancos británicos y grupos de empresas que tenían negocios con Sudáfrica en los años del apartheid.
Al igual que ocurrió en el caso de Sudáfrica en la década pasada, los grupos birmanos demócratas que actúan en Gran Bretaña, apoyados por el opositor Partido Laborista, critican al gobierno conservador por una actitud que consideran contraria, también en este caso, a imponer sanciones a un régimen represivo.
El Grupo de Acción por Birmania-Reino Unido informó que comenzará su campaña de boicot contra Bhs el 31 de agosto, a menos que reciba de esa firma, de forma inmediata, la promesa formal de romper los vínculos empresariales que le unen al régimen del Consejo de Restauración de la Ley y el Orden (SLORC).
Si la firma británica persiste en mantener esos lazos, la campaña será llevada acabo en todo el territorio de Gran Bretaña con ayuda de grupos estudiantiles, cuyo apoyo a este tipo de medidas fue decisivo 10 años atrás para forzar a varias empresas británicas a retirarse de Sudáfrica.
"Bhs ha admitido tener un abastecedor en Birmania, pero se niega a nombrarlo, por lo tanto no es posible saber si se trata de una compañía vinculada al régimen militar", explicó Yvette Mahon, coordinadora del Grupo de Acción por Birmania.
El Grupo protagonizó este jueves, junto a miembros del movimiento democrático birmano, una manifestación frente a la casa central de otro grupo empresarial británico, la firma de operadores turísticos Venice Simplon-Orient Express Ltd., que ofrece una serie de viajes de placer a Birmania.
Los militantes sostienen que la línea de cruceros "Road to Mandalay" de esos operadores turísticos, contribuye al éxito del programa "Año de Visitar Myanmar" lanzado por el SLORC este año para promover el turismo a Myanmar, nombre que el mismo régimen le ha dado a Birmania.
La demostración en esta fecha señaló el octavo aniversario del levantamiento por la democracia ocurrido en Birmania el 8 de agosto de 1988, que fue seguido, según el Grupo de Acción por Birmania, por el asesinato de unas 10.000 personas por parte del ejército birmano.
Entre los muertos se contaron niños, estudiantes y monjes budistas.
El informe difundido este jueves por Amnistía Internacional señala que ciudadanos integrantes de minorías énicas son forzados por el ejército a prestar servicios tales como porteros, después de haber sido sometidos a torturas y malos tratos bajo sospecha de apoyar a grupos de oposición.
"Los malos tratos incluyen castigos reiterados con varas de bambú o culatas de rifle, y la privación de alimentos, agua, descanso y tratamiento médico", a lo que se agregan las múltiples violaciones, que en algunos casos terminaron en la muerte de las víctimas.
El informe está basado en entrevistas realizadas a refugiados de los grupos étnicos shah, akha, lahu, karen y mon. Tanto los birmanos como los miembros de esas minorías son arbitrariamente detenidos por el ejército y obligados a trabajar en los ferrocarriles, aeropuertos, muelles, carreteras y canteras.
Una serie de protestas se produjeron este jueves en otras partes del mundo.
En Australia, el líder democrático birmano Sein Win repitió las mismas exhortaciones a las empresas internacionales para que suspendan sus inversiones en Birmania hasta que el SLORC detenga las violaciones a los derechos humanos y restaure el sistema democrático.
Win, que encabeza el Gobierno de Coalición Nacional de la Unión de Birmania -un gobierno en el exilio que tiene asiento en Washington- condujo a unos 200 manifestantes a las puertas de la embajada birmana en Canberra, la capital australiana.
"Detengan la inversión, ya es hora de detener el sufrimiento en Birmania", dijo Win, que es primo de la líder opositora Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz 1991.
Con el apoyo de personalidades internacionales como el arzobispo Desmond Tutu de Sudáfrica -también laureado con el Nobel de la Paz-, Suu Kyi ha pedido la aplicación de sanciones económicas a Birmania, donde se estima que un centenar de empresas europeas mantienen negocios o relaciones comerciales.
Altos miembros del gobierno británico han sostenido que Londres no puede imponer sanciones de forma unilateral, y que Gran Bretaña no pierde ninguna oportunidad de expresar su preocupación por Birmania a través de la Unión Europea.
También señalan que los países del sudeste asiático aventajan a los europeos en cuanto a hacer negocios con Birmania. (FIN/IPS/tra-en/dds/rj/arl/ip-hd/96