A primera vista, los miembros del grupo conocido como los Halcones parecen pertenecer a una asociación deportiva que se entrega a un vigoroso entrenamiento de verano. Y su nombre, Organización Paneslava de Deportes (Sokol) confirma esa impresión.
La organización, sin embargo, trasciende a una definición tan fácil. Además de promover el buen estado físico entre la juventud, los Halcones tienen raíces más profundas en la historia de la sociedad checa, que le confieren una clara aura política.
Fundado hace más 134 años, el grupo fue suprimido en tiempos de la dominación alemana y afrontó frecuentes prohibiciones durante la era comunista. Sólo hace poco tiempo que recuperó su forma de funcionar en libertad.
A la primera reunión que los Halcones celebraron después de la caída del régimen comunista concurrieron 40.000 personas de todas las edades. Portando viejas banderas y pancartas, los congregados gritaron eslóganes nacionalistas, confirmando que el grupo se encuentra en la vanguardia del cambio democrático.
La tradicional "slet" (que en checo quiere decir reunión) convoca a los "sokols" para una gran asamblea cada cuatro años. Utilizan las vacaciones de verano para difundir sus ideales a los jóvenes simpatizantes, incluyendo ejercicios físicos y reuniones en las que se enseña a cultivar un cuerpo sano y vital.
El movimiento Sokol ha jugado un papel importante en el desarrollo de una conciencia nacional y en la lucha por la independencia y contra el fascismo, tal como explicó Stanislav Doutlik, quien ostenta el grado de "mayor" en la "Comunidad Sokol".
¿Qué es un sokol?
Uno de los ideólogos del movimiento en el siglo pasado, Michal Tyrs, describió a un sokol como "un miembro de una sociedad que busca el equilibrio del desarrollo físico, espiritual y moral, próximo al ideal de una nación sana y pura".
Según Mirjam Moravkova, una experta en el tema de la identidad nacional de los checos, el primer grupo Sokol fue fundado en Praga en 1862. Muy pronto se convirtió en la mayor organización voluntaria de ciudadanos checos en lucha contra la monarquía de los Habsburgo.
La primera asamblea tradicional (slet) fue celebrada en 1882 con la participación de 720 personas.
La última realizada dentro de un marco legal en aquella primera fase histórica tuvo lugar en 1938, participando 74.000 gimnastas y 98 bandas musicales. Fue la mayor demostración contra el fascismo efectuada en Europa central en aquella época.
La Comunidad Sokol alcanzó su apogeo durante la Primera República, que cubrió el lapso entreguerras (1918-1939). En aquellos días, según Moravkova, el movimiento registró 650.000 miembros.
Basadas en el ejemplo de los checos, surgieron organizaciones similares en otros países eslavos.
"Los checos nos servimos de la pequeña brecha de autonomía que el Imperio Austro-Húngaro abrió en materia de deportes, para defender nuestros derechos como nación, ya que la afiliación al movimiento Sokol supone un juramento de fidelidad a la nación", dijo Moravkova.
Sin embargo, el movimiento Sokol fue disuelto por el gobierno instalado tras la ocupación alemana en 1941. Cuando los comunistas alcanzaron el poder en 1948, pudo celebrarse la 11 slet de los sokols.
Esa slet, sin embargo, no tardó en manifestarse como una demostración contra el nuevo régimen totalitario, lo cual sirvió a las autoridades de excusa para prohibir la organización y comenzar una ola de persecución contra sus miembros.
"Con todo, la tradición de la slet era tan fuerte, que los comunistas nunca consiguieron borrarla del todo", recordó Moravkova. "En lugar de su reunión tradicional, los sokols organizaron las 'spartakiadas', guardando las banderas del movimiento para cuando llegaran tiempos mejores".
Los buenos tiempos llegaron después de la caída del comunismo en 1989, cuando la "vieja guardia", o "guardia leal" (como se llamaban a sí mismos los viejos sokols, aplicó toda su energía a la reorganización del movimiento.
En la actualidad, los responsables de Sokol afirman tener 150.000 miembros en todo el país. Niegan que su ideología sea chovinista, pero los sokols están organizados de acuerdo con "un estilo anticuado" que junta a la nueva generación en nombre del deporte.
Por debajo de esa imagen, los sokols se integran en organizaciones militares que pueden funcionar exactamente como un ejército.
Moravkova debió responder a una pregunta obvia: ¿Contra quién, ese ejército? "Nadie lo sabe -dijo- tal vez sólo responda a la tradición, pero el actual espíritu nacionalista podría ser peligroso".
Con esa respuesta pareció aludir al hecho de que algunos de estos "jóvenes halcones" parecen capaces de algo más que la simple presentación de impresionantes demostraciones gimnásticas, plenas de color, marcialidad y organización. (FIN/IPS-CEE/tra-en/jk/arl/cr/96