Lejos de Buenos Aires, donde los argentinos discuten si el modelo económico los incluye o no a todos, un grupo de empresas extranjeras lidera un despegue silencioso pero inédito en el sector minero, que se proyecta hacia el próximo siglo.
"En 1989 eran cuatro empresas mineras invirtiendo en el país. En 1992 ya eran 17 y este año hay 64 instaladas y otras 46 estudiando proyectos de inversión", dijo a IPS el subsecretario de Minería Daniel Melián, en un intento por graficar la magnitud del "boom" que inició la minería argentina.
El desarrollo tiene una explicación básica. "El Estado dejó de ser explorador y explotador y ahora sólo regula la actividad. De las siete millones de hectáreas que tenía inmovilizadas en 1992 sólo retiene hoy un millón, y 18 millones las tiene la actividad privada", explicó Melián.
A principios de esta década, Argentina era considerado un país de alto riesgo para la minería, una actividad que requiere reglas de juego estables para el largo plazo.
Pero la apertura económica, la desregulación, la privatización y las nuevas leyes creadas para atraer capitales generaron condiciones favorables a su despegue, según los empresarios.
Entre 1993 y 1995, el Congreso sancionó nueve leyes mineras por unanimidad, elaboradas con la participación activa de representantes de las 13 provincias donde se sitúan los yacimientos minerales ricos en metales.
Se trata de las provincias lindantes con la Cordillera de los Andes, la franja oeste, desde el extremo norte al extremo sur del país.
Se cree que el fenómeno contribuirá a balancear el desarrollo del interior con la zona del litoral y el este, sobre el Río de la Plata.
En áreas de exploración, donde se invertían cuatro millones de dólares en 1991 y 15 millones en 1993, se pasó a 73 millones en 1995 con la sanción de las nuevas normas. Para 1999 se prevé inversiones por 160 millones de dólares.
Las empresas provienen de Australia, Canadá, Sudáfrica, Chile y Estados Unidos, entre otros países, y tampoco faltan capitales argentinos que se asociaron, aunque en menor escala.
Del total de proyectos en exploración, 18 están avanzados, seis están en la etapa de factibilidad y ocho en la de pre- factibilidad.
Uno de los últimos es el de Bajo La Alumbrera, un yacmiento situado en la provincia de Catamarca en el que se prevé una inversión total de 900 millones de dólares.
Bajo la Alumbrera es un yacimiento de minerales diseminados (oro, plata, molibdeno y cobre porfdico), ubicado entre los cerros al este de la Cordillera de los Andes y a unos 2.600 metros sobre el nivel del mar.
Se calcula obtener de allí anualmente 110.000 toneladas de cobre y 10.000 kilogrmos de oro para fin de siglo. Entretanto, avanzan las tareas que están cambiando la fisonomía del deshabitado paisaje de Catamarca, una de las provincias más pobres del país.
Torres de cableado que se instalan con helicópteros, tropas de operarios construyendo y ampliando caminos, y un movimiento constante de empresarios, técnicos y obreros hablando en espaol y en inglés marcan el panorama.
Meilán calcula que este año el valor de la producción minera argentina rondará los 500 millones de dólares y la exportación aportará otros 40 millones. Pero para 1999 estima que la producción llegará a 1.754 millones y la exportación a 1.135.
La curva representa un salto de 0,2 a uno por ciento del producto bruto interno, un cambio que para el funcionario "es enorme" porque la producción estará concentrada en las "economías regionales" del interior, zonas marginales que quedarán dotadas de gran infraestructura.
A nivel de empleo, Meilán admitió que el impacto no será tan espectacular, pero en cambio se construirán caminos que abaratarán el flete hasta 200 por ciento y redes de alta tensión que llevan la energía hasta lugares recónditos.
En base a las proyecciones que realiza su departamento, Meilán sostiene que hacia fin de siglo el escenario conservador indica que habrá producción y exportación por 2.889 millones de dólares y en 2005 el monto será de 3.590 millones.
Los más optimistas, en cambio, creen que al finalizar el siglo producción y exportación superarán los 3.300 millones y para 2005 se alcanzará una producción total de 6.160 millones de dólares, un volumen ni soñado hace 10 años. (FIN/IPS/mv/dg/if/96