AMERICA LATINA: Iglesia electrónica se asienta en el continente

Con una inversión inicial superior al millón de dólares, las televisoras evangélicas de América Latina entrarán en septiembre en la era de la transmisión por satélite con una programación internacional diseñada desde Costa Rica.

Con escasos 10 años de funcionamiento en este país, el cristiano Canal 23 se constituyó en la sede internacional de la empresa, formada por alrededor de 20 emisoras de televisión con apoyo de la Trinity Broadcasting Network, una de las principales cadenas cristianas de Estados Unidos.

El canal estadounidense aportó el capital inicial para un sistema satelital que permitirá a todas las estaciones de televisión cristianas captar la programación emitida desde Costa Rica y bajar los programas de su interés, explicó Jonás González, gerente del Canal 23.

"Lo que vamos a hacer es seleccionar los mejores programas que se producen en cada país y transmitirlos a través del satélite", señalño, indicando que esta red entrará también a cerca de 2.000 empresas de televisión por cable en América Latina.

La televisión internacional cristiana, afirmó González, se mantendrá con las donaciones de los creyentes en América Latina. "Son muy generosos porque saben que tenemos un mensaje que dar", precisó.

Como muestra del apoyo económico que da la población, señaló que en Bolivia el canal local hizo una "teletón" (maratón televisiva) en la cual recogió casi un millón de dólares.

En Costa Rica, canal 23 realiza cuatro teletones al año. En la última, en marzo, recogió el equivalente a unos 400.000 dólares.

González, creador de la red de televisoras cristianas Enlace, asegura que esta forma de sobrevivir, a base de donaciones, no convierte a las iglesias cristianas ni su fe en una industria.

"No era considerada una industria cuando se trataba de la iglesia Católica, ?por qué ahora venimos los evangélicos, logramos desarrollarnos y nos ven como una industria?", se preguntó.

Para los cristianos o evangélicos, señaló, la responsabilidad de mantener sus estructuras cae sobre los mismos creyentes "y no sobre el Estado, como el caso de la iglesia Católica en América Latina sólo por el hecho de ser la religión oficial".

González considera que con el acceso al satélite las televisoras cristianas podrán llegar a 600 millones de espectadores, contando los de América Latina, España y los de 11 países de habla portuguesa.

Armando Alfaro, sacerdote y director del semanario Eco Católico, considera que la presencia a través de la televisión no garantiza la penetración del mensaje.

"Las televisoras religiosas de cualquier denominación todavía no han llegado a conocer y comprender cómo se da el mensaje por televisión, cómo se puede competir con la televisión moderna", indicó.

La televisión religiosa, a criterio de Alfaro, no es un buen contrincante de la moderna, porque su mensaje es frío, predomina una programación de sermones y cantos y ello "no llega a interesar a la juventud".

Alfaro señaló que la Iglesia Católica no ha podido entrar a competir en esta carrera por los medios electrónicos porque resulta muy caro. "Si alguien me va a dar 5.000 colones para mantener una televisora, prefiero que me de 3.000 para los pobres", dijo.

Esa es una de las diferencias fundamentales entre la Iglesia Católica y las evangélicas tradicionales con las evangélicas que se autodenominan cristianas y que dominan los medios electrónicos.

González reconoció que esos últimos apenas empiezan a explorar el trabajo social con comunidades, en tanto la Iglesia Católica invierte sus ingresos por donaciones en proyectos para atender necesidades de poblaciones marginales.

Otra diferencia es la formación teológica, sólida en iglesias como la Católica, la Luterana, la Anglicana, y superficial y autodidacta en el caso de los cristianos "televisuales".

La gente que pasa de una a otra religión sin encontrar satisfacción espiritual termina abrigando la indiferencia. En Costa Rica cuatro por ciento de la población es "agnóstica".

Para González, los católicos tienen más capacidad teológica porque reciben formación durante seis o siete años, pero "el vigor evangélico es mucho más grande que la motivación católica".

Alfaro señaló a su vez que la falta de formación teológica de los exponentes de las iglesias cristianas que dominan la televisión ha llevado en parte a que caigan en los mismos errores de la Católica, que dieron pie a la separación de Martín Lutero.

"Cuando le dicen a alguien por televisión que done dinero para salvar su alma, es posible que lo haga, pero eso es regresar a la venta de indulgencias, por la cual Lutero, con toda razón, se le fue encima a la jerarquía católica", señaló.

"Así, nosotros no vamos a recoger dinero, aunque eso signifique que nunca logremos entrar a la televisión por satélite", aseguró.

Alfaro considera como un hecho positivo que las denominaciones cristianas inviertan dinero en tratar de que más población reciba un mensaje religioso. (FIN/IPS/mso/dg/cr/96)

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