AMERICA: Entre marginación y pobreza nativos consolidan presencia

Aunque se mantienen pobres y marginados, los pueblos indígenas de América conquistan mayor presencia política en la región, al tiempo que logran reactivar en organismos internacionales debates en torno a declaraciones que reconocen sus derechos.

Este viernes, cuando se conmemora su día internacional, los nativos no tienen mucho que celebrar más que el seguir vivos y mantener sus demandas, dijeron dirigentes del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, del Parlamento Indígena de América y del Instituto Indigenista Interamericano.

Según varias investigaciones, en América viven entre 36 y 55 millones de nativos, y su situación en la mayoría de los casos es de extrema pobreza. Sólo en un país de la región, Uruguay, no existe población originaria.

Con menos protagonismo que en 1992, cuando por la conmemoración de los cinco siglos del comienzo de la llegada de los españoles a América se realizaron intensas movilizaciones, en los últimos cuatro años los nativos consiguieron mantener la atención de gobiernos sobre su realidad y propuestas.

A ello contribuyó la ONU, que en 1993 proclamó el inicio del decenio de los pueblos indígenas y últimamente decidió avanzar, bajo la demanda de líderes nativos, en la prepararación de una declaración mundial de derechos de los indígenas, en discusión desde hace más de una década.

En el ámbito regional, la Organización de Estados Americanos (OEA), también analiza una declaración de derechos, que al igual que el documento de la ONU garantizaría al ser aprobada ciertos niveles de autonomía a los nativos y comprometería a los Estados a brindar apoyo a las culturas vernáculas.

Si no fuera por el interés y presión de los indígenas, los documentos internacionales podrían quedarse olvidados 10 años más, dijo a IPS durante una reciente visita a México el vicepresidente de Bolivia, Víctor Hugo Cárdenas, el primer nativo que llega a un cargo público de ese nivel en América.

José del Val, director del Instituto Indigenista Interamericano, organismo dependiente de la OEA con sede en México, señaló que ha sido la gestión de indígenas como Cárdenas y la premio Nóbel de la Paz 1993, Rigoberta Menchú, lo que ha impulsado el análisis de las declaraciones internacionales.

Para el antropólogo mexicano Rodolfo Stavenhagen, presidente del Consejo Directivo del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, instancia regional creada en 1992, "sin mayor intención" la ONU y OEA "han contribuido a una intensa movilización" de los nativos.

"La situación de los indígenas sigue siendo dramática y terrible, pero debe reconocerse que han logrado tener una creciente importancia política", declaró a IPS.

Cárdenas, del Val y Satavenhagen destacaron el reciente triunfo de varios candidatos indígenas en las elecciones legislativas de Ecuador celebradas este año. Coincidieron en señalar que se trata de una expresión más de la importancia política que van adquiriendo los nativos en América.

No sería raro que "mas allá del 2000", los indígenas de Ecuador, Guatemala y Bolivia puedan llegar hasta la presidencia, señaló del Val.

El diputado mexicano Roberto Pedraza, presidente del Parlamento Indígena de América, destacó entre los recientes logros de los pueblos nativos reformas legales aprobadas en Colombia y Nicaragua, en las que se garantizan sus derechos.

Destacó también "la intensa discusión" que genera en México y el extranjero la presencia de la guerrilla zapatista.

Pedraza opinó que las generaciones actuales no lograrán ver un mundo donde se respeten a los indígenas. Para eso deberán pasar decenas de años más, vaticinó.

Varios estudios, entre ellos uno del Banco Mundial, sostienen que los indígenas son los más pobres entre los pobres de América Latina. En la región, el origen étnico de las personas determina la calidad de su vida, dicen las investigaciones.

A pesar que organizaciones y líderes de los pueblos orginarios han logrado mantener firmes sus demandas, los gobiernos continúan resistiéndose a reconocer ciertos derechos de autonomía y autodeterminación, pues temen una división del Estado nacional, dijo del Val.

El director del Instituto Indigenista Interamericano sostiene que son esos temores los que impiden avanzar con mayor celeridad en la aprobación de las declaraciones en la ONU y la OEA.

Pero esos no son los únicos problemas. También está la atomización de las organizaciones indígenas y la ausencia de representantes nacionales o regionales, advierte del Val.

"Los indígenas necesitan instancias propias, organismos como el Instituto son gubernamentales y no los aglutinan. Los pueblos nativos tienen formas diferentes de representatividad, no podemos pasarles el modelo occidental", añadió.

Ellos, resumió, "tienen que encontrar una forma de representatividad que logre alentar sus luchas". (FIN/IPS/dc/jc/pr/96

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