El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) aplicó este jueves multas por un total de 90.000 dólares a una empresa del grupo malasio WTK y otra de China, Sifec, por comerciar con madera obtenida irregularmente en la región amazónica.
El castigo se basó en una auditoría hecha en las empresas, que tenían 8.252 metros cúbicos de madera sin prueba de origen legal.
La investigación dejó al descubierto a una firma china, del grupo Tianjin Fortune Timber, que poseía un volumen algo mayor de madera obtenida irregularmente.
La autoridad ambiental comenzó así a reprimir actividades ilegales de madereras extranjeras en la Amazonia. Denuncias recientes indican que empresas de Malasia están adquiriendo extensas áreas boscosas en la región para extraer madera.
Se teme que puedan destruir los bosques amazónicos, como ya lo hicieron en su propio país y en territorios vecinos, como Indonesia y Papua Nova-Guinea.
Unas 4,5 millones de hectáreas de la Amazonia ya están en manos de las compañías madereras malasias y chinas, indica el estudio de Ibama.
Como la legislación brasileña exige planes de manejo forestal para la extracción, esas empresas están adquiriendo madera en la región para exportar, pero sin comprobar su origen legal.
Parte de la madera ilegal que sale de la Amazonia proviene de territorios indígenas.
El gobierno brasileño decidió también, en julio, imponer límites más rígidos a la explotación y destrucción de bosques en la Amazonia, aumentando de 50 a 80 por ciento la parte de las propiedades rurales cuyos bosques deben ser conservados. (FIN/IPS/mo/dg/en/96