Las empresas españolas reciben una escasa presión de los consumidores para mejorar su gestión relacionada una encuesta del Círculo de Empresarios, que agrupa a compañías grandes, pequeñas y medianas.
El círculo, de tendencia conservadora, señala que según sus afiliadas las empresas españolas están más preocupadas por cumplir normas ambientales en función de lo que exigen las leyes y en mínima medida por la presión generada en el mercado.
La preocupación empresaria por el medio ambiente es reciente en España, donde han sido más antiguas y frecuentes las acciones de los ecologistas y de la administración.
Las penas y sanciones aplicadas a los infractores han despertado en los empresarios un interés por la cuestión medioambiental, a la que antes eran ajenos.
En julio último, por ejemplo, José Ferrer, presidente de Freixenet, empresa productora de un conocido cava (champagne) del mismo nombre, fue condenado a dos meses de arresto y una multa en dinero por los vertidos de aguas residuales de su planta productora, situada en Cataluña, al noreste de España.
El 70 por ciento de las empresas encuestadas por el círculo, la mayoría grandes, pertenecen a los sectores automotriz, construcción, energía, química y siderurgia.
Los encuestados opinan también que la situación ambiental de las empresas españolas es mejor que la de los países del Tercer Mundo y peor que las del resto de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón.
En 82 por ciento de las empresas consultadas existe un departamento que asume la gestión ambiental, pero su responsable forma parte del comité de dirección en sólo 35 por ciento de las compañías.
Contrariamente a lo que aseguran defensores del ambiente, 75 por ciento de los miembros del Círculo de Empresarios creen que las actuaciones ambientales para cumplir con las normas suponen un aumento de los costos en sus productos o servicios.
Según el estudio, habrá un crecimiento de la industria medioambiental en el país, que será de 33 por ciento en equipamientos, 31 por ciento en suministradores de bienes y servicios y 27 por ciento en infraestructura.
En un segundo lugar quedarían el turismo ecológico, con seis por ciento, y las consultorías, con uno por ciento. (FIN/IPS/td/jc/en/96