Lluvias sin precedentes en los últimos 20 años inundaron áreas ribereñas de Etiopía y Sudán, y a la pérdida de viviendas se suma la amenaza de hambre y enfermedades para cientos de miles de personas.
Unas 150.000 personas fueron afectadas en el distrito de Oromo, en Etiopía, por las aguas del río Awash, desbordadas a causa de las lluvias.
El gobierno etíope informó este miércoles haber habilitado cuatro refugios transitorios para quienes abandonaron su hogar huyendo de las inundaciones.
Las lluvias, que modificaron el curso del río Awash, también inundaron los orientales distritos de Wenji, Matahara y Amibara, comunicó un alto funcionario de la oficina del primer ministro Meles Zenawi.
Los torrentes destruyeron cosechas, carreteras y fuentes de agua. Las brigadas de rescate llegaron donde se hallaban unas 1.000 personas aisladas por las aguas, mientras más de 1.000 hectáreas de cultivos han quedado sumergidas.
Mesmin Teshome, director de la central hidroeléctrica de Koka, advirtió que las aguas del embalse se encuentran a sólo 60 centímetros del tope de 110 metros de esa represa, localizada 120 kilómetros de Addis Abeba.
El gobierno instó a la población radicada aguas abajo de la represa a evacuar el área antes de la apertura de las compuertas de Koka. La estatal Radio Etiopía informó este miércoles que la central ha liberado aproximadamente el mismo caudal que afluyó a su embalse en los últimos tres días.
Mientras, en el vecino Sudán, unas 326 viviendas de 26 aldeas ribereñas del Nilo Azul, un río tributario del Nilo que nace en las tierras altas de Etiopía, sucumbieron ante el avance de las inundaciones.
El Ministrio de Palnificación Social de Sudán, Mohamed Osman Jalifa, solicitó la semana última a la comunidad internacional ayuda humanitaria para una de las aldeas alcanzadas, Getaina, que se halla 80 kilómetros al sur de Jartum.
Jalifa explicó que 25 por ciento de la población de Getaina sufre los efectos de lluvias de intensidad inusual. Y según fuentes de las fuerzas rebeldes que operan en el sur del país, miles de habitantes de la sureña región de Bor se encuentran en grave situación.
"Cerca de 75 por ciento del área de Bor resultó inundada a consecuencia de lluvuias torrenciales caídas durante 36 horas, que destruyeron viviendas y cosechas", dijo Deng D'Agwang, funcionario de información del insurgente Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA).
Los habitantes de siete distritos de Bor, una región controlada por el SPLA, se enfrentan ahora a la falta de alimentos, advirtió D'Agwang. "El hambre y las enfermedades amenazan a la población. No hay esperanzas de rescate de ninguna cosecha", agregó.
Bor es propensa a sufrir inundaciones, como todas las áreas de Sudán vecinas a Etiopía. Más de 20.000 personas murieron en la década de 1960, cuando las lluvias caídas en las zonas altas de Etiopía transformaron los ríos en torrentes.
Gran parte del caudal que desciende de las tierras altas etíopes alimenta cursos tributarios del Nilo Azul que, a su vez, se une al Nilo Blanco en Jartum para formar el Nilo propiamente dicho.
Las lluvias intensas en Etiopía benefician a Egipto, al aumentar el aluvión de tierras fértiles que el Nilo arrastra para depositar en sus márgenes en ese país. Pero tienen consecuencias calamitosas para las comunidades ribereñas en regiones de Etiopía y Sudán.
De acuerdo con el Centro Nacional de Meteorología de Etiopía, las precipitaciones de este mes fueron las más abundantes de los últimos 20 años en algunas zonas del país y continuarán en septiembre. (FIN/IPS/tra-en/mn/kb/ff/en/96