La defensa de los suelos debe ser colocada al mismo nivel de la defensa del agua y del aire, según la mayoría de los científicos y políticos que asisten a la novena Conferencia Internacional de Conservación de Suelos (ISCO), que se está realizando en esta ciudad de Alemania.
En esta cita, que comenzó el lunes y finalizará el viernes, participan unos 900 expertos de 120 países de todo el mundo, que representan a más de un centenar de organizaciones, de la cuales 43 son americanas. De América Latina participan 14 países.
En una sala del congreso, que se lleva a cabo en el Palacio de Bellas Artes y Exposiciones, se exhiben los adelantos obtenidos por innumerables proyectos destinados a recuperar tierras agrícolas y forestales de Africa, Asia y América Latina.
Así, hay ejemplos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana.
La mayoría de esos proyectos cuentan con el patrocinio de la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ), entidad encargada de ejecutar los proyectos de cooperación intergubernamental.
A la ceremonia de inauguración, presidida por la directora del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), Elizabeth Dowdeswell, asistieron los ministros alemanes de Medio Ambiente, Defensa de la Naturaleza y Seguridad Nuclear, Angela Merkel, y el de Cooperación Económica y Desarrollo, Carl-Dieter Spranger.
Dowdeswell dijo que la creciente destrucción de los suelos en el mundo constituye un "caso de silenciosa urgencia", pues más de cien millones de personas están amenazadas de perder su base de sustentación y los daños ecológicos causados, por ejemplo, por la pérdida de la biodiversidad, son ya incalculables.
Las soluciones a este dramático problema de la humanidad, destacó la funcionaria, deben considerar tres aspectos: la coolaboración interdisciplinaria de científicos, la inclusión de los habitantes del lugar respectivo y la adopción de medidas económicas y políticas, como reformas agrarias.
Para Merkel, la escasez de recursos en las tierras que producen alimentos y la escasez de materias primas renovables causada por el crecimiento demográfico y la destrucción de los suelos, pueden tener un efecto más rápido en las condiciones de vida de los seres humanos que el efecto invernadero.
La Unión demócrata cristiana (CDU) considera que es posible invertir este proceso si se adoptan ya las correspondientes medidas políticas y las sociedades del mundo -incluidas las de los países industrializados- cambian su forma de vida.
La conferencia tiene dos temas en debate, "Degradación de los suelos" y "Caminos hacia un aprovechamiento sostenible de los suelos".
Por su parte, la presidenta del parlamento alemán, Rita Suessmuth, se refirió esta semana a la defensa de los suelos y puso de relieve que se hace mucho menos de lo que indican los conocimientos científicos.
Agregó que los países pobres están actualmente más preocupados que los Estados ricos por la destrucción de los suelos.
Spranger subrayó que todos los días hay que alimentar a 250.000 personas más en el mundo y que el aprovechamiento de los suelos se debe realizar teniendo en cuenta que es necesario conservar las bases naturales de la Tierra para alimentar a las generaciones venideras.
Destacó asimismo que su ministerio promueve de muchas maneras la protección de los suelos. El 40 por ciento de la ayuda técnica y financiera que Alemania otorga a los países en desarrollo beneficia las zonas rurales.
Además, Alemania patrocina proyectos que realizan institutos internacionales de investigación agrícola. En julio pasado ratificó la Convención contra la Desertización y las campañas contra el avance del desierto han sido respaldadas por Alemania con 1.334 millones de dólares.
Merkel reconoció que Alemania no ha logrado separar el crecimiento económico del uso del suelo para urbanizaciones y proyectos de infraestructura, y propuso a Bonn como posible sede de la Secretaría de la Convención contra la Desertización.
Dijo que el gobierno de Helmut Kohl presentará un proyecto de ley para regular ampliamente el aprovechamiento del suelo y con ello se colocará a la vanguardia en la defensa del medio ambiente y la naturaleza, porque ya regula legalmente el uso ecológico del aire y las aguas.
Sin embargo, la oposición socialdemócrata y los Verdes/Alianza90, así como organizaciones no gubernamentales, consideran que ese proyecto de ley no es suficiente, porque admite la construcción de edificios en tierras naturales y contiene demasiadas excepciones.
Un portavoz de los Verdes, Juergen Rochlitz, opinó que el gobierno ha presentado siete proyectos de ley en este campo desde 1985, pero hasta ahora no ha cumplido sus propios objetivos: minimizar la contaminación de las tierras y reducir el uso de los suelos.
Para Rochlitz, el gobierno excluye de su proyecto de ley el uso de pesticidas, abonos artificiales y aguas negras, así como todo el complejo de la técnica genética y los terrenos contaminados con sustancias radiactivas.
Thomas Linius, experto de la Asociación de Medio Ambiente y Defensa de la Naturaleza (BUND) calficó de drámatico el incontenible avance en Alemania de las superficies de cemento que impiden el paso de las aguas pluviales al suelo y subsuelo. (FIN/IPS/rc/jc/en-dv/96