La alcaldía del municipio de Chacao, el más rico de la capital de Venezuela, prohibió las limosnas con dinero en su jurisdicción, y los indigentes sólo podrán recibir ropa, alimentos, libros, medicinas o plegarias.
Chacao, en el este, alberga a 200.000 de los cuatro millones de habitantes de Caracas, en su mayoría de clase media y alta, y el municipio es asiento de abundantes comercios y oficinas, con varios de los más ostentosos edificios de la ciudad..
Desde 1993 gobierna Chacao la alcaldesa Irene Sáez, quien fue Miss Universo en 1981 y en todas las encuestas aparece como presidenciable número uno para los comicios generales de 1998.
Un decreto de la alcaldía prohibe dar limosna "a los menores de edad y a los indigentes", y lo explica como una forma de frenar la participación de niños y jóvenes en actos delictivos.
"Dale algo para que se pegue a la vida y no a la muerte", es el eslogan que acompaña el decreto, en alusión a investigaciones de la alcaldía según las cuales muchos muchachos y muchachas utilizan el dinero recibido para comprar pegamento inhalable y aún crack.
Al explicar el decreto, Sáez pidió dar "comida, medicinas, un libro, o una oración". "Demos lo que tengamos a nuestro alcance, pero asegurémonos que no vaya en contra de la vida de los niños, jóvenes y adultos que deambulan por nuestras calles".
El decreto se acompañará, en una primera fase, de una campaña concientizadora, a cargo de una brigada de voluntarios que ofrecerán charlas a quienes entreguen dinero a los indigentes. Luego podrían imponerse multas, dijeron colaboradores de Sáez.
La mendicidad ha aumentado en el marco del empobrcimiento de los venezolanos en las dos últimas décadas, con índices de pobreza general cercanos a 80 por ciento y de miseria entre un tercio y 40 por ciento, sobre una población total de 22 millones de personas.
Según el centro jesuita Gumilla, hasta 450.000 familias, es decir al menos dos millones de personas, vivirían en la "pobreza atroz", pues sus ingresos no alcanzan para comprar sino 40 por ciento de los alimentos que necesitan.
Cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y del no-gubernamental Centro Comunitario de Aprendizaje señalan que en Venezuela 206.000 menores de 18 años realizan actividades marginales de ingresos, dentro de 1,6 millones que trabajan o luchan en las calles por su sobrevivencia.
De esos 206.000 niños, niñas y jóvenes, 86 por ciento está en un cuadro de mendicidad, con 14 por ciento que recurre a la prostitución, 11 por ciento vinculado al mercado de drogas y 16 por ciento que roba para sobrevivir.
Un 0,5 por ciento -es decir 1.210 menores detenidos- ha llegado a cometer asesinatos en atracos, robos o ajustes de cuentas entre pandillas. (FIN/IPS/hm/dg/pr/96