El Parlamento de Venezuela aprobó hoy de manera definitiva un alza en el impuesto a las ventas de 12,5 a 16,5 por ciento y estableció que comenzará a cobrarse en agosto, para apuntalar la reducción del déficit fiscal que busca el gobierno de Rafael Caldera.
Una primera sanción del nuevo instrumento, el 19 de junio, omitió la fecha de entrada en vigor, por lo que el gobierno devolvió el texto al Congreso para que se produjera la rectificación.
Votaron a favor del nuevo impuesto las fracciones oficialistas de Convergencia (ex socialcristianos) y Movimiento al Socialismo (izquierda moderada), y del socialdemócrata Acción Democrática, formalmente opositor pero que apoya desde 1994 las medidas económicas de Caldera.
Salvaron su voto el partido socialcristiano Copei y la izquierdista Causa Radical.
El alza en el "Impuesto al consumo suntuario y ventas al mayor", como se llama la versión venezolana del impuesto a las ventas o IVA, nutrirá la búsqueda oficial de enjugar el déficit fiscal.
Ese déficit se previó a comienzos de año en siete puntos del Producto Interno Bruto, pero no pasará de 3,3 por ciento del PIB, según el ministro de Hacienda, Luis Matos.
El gobierno también quintuplicó los precios del combustible, dispuso una devaluación lineal de 70 por ciento, reprogramó algunos gastos y ordenó acelerar privatizaciones y mejorar la recaudación de otros tributos, para tratar de corregir el déficit.
El programa se acompaña con otras medidas de liberalización de la economía y reducción del consumo, con el objeto de abatir la inflación a fines de este año y reactivar el aparato productivo en 1997, bajo la sombrilla de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. (FIN/IPS/hm/dg/if/96)